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El Domingo de Ramos es una de las fechas más importantes del calendario cristiano. Conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén y abre las puertas a la Semana Santa; festividad que, en Sevilla, se celebra como ninguna otra. La identidad de la ciudad emerge entonces, fusionando devoción, arte y tradición en sus famosas procesiones. Los pasos e imágenes religiosas de las cofradías crean una atmósfera única que, cada año, atrae a miles de visitantes al recorrer sus calles.
La Semana Santa es una celebración que siempre varía de fecha y, por lo tanto, el Domingo de Ramos no está ligado a un día concreto. Fue en el año 325 d.C., durante el Concilio de Nicea I, cuando se adoptaron una serie de decisiones que vinculaban la festividad con los ciclos lunares. Por ese motivo, el Domingo de Resurrección siempre debe coincidir con la primera Luna Llena de la primavera.
Este año, el Domingo de Resurrección se celebra el 20 de abril. Por consiguiente, el Domingo de Ramos tiene lugar una semana antes: el 13 de abril. De esta forma, se delimitan las fechas de la Semana Santa (del 13 al 20 de abril de 2025) y se establece el comienzo de la temporada de Cuaresma: 5 de marzo. En este sentido, no hay que olvidar que el Domingo de Ramos también es conocido como el sexto domingo de Cuaresma.
El evento que celebramos durante este día se recoge en los evangelios y, como decíamos, los textos narran la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Se trata del preludio de la Pasión de Cristo. Según la tradición, las personas le recibieron a su llegada con ramos de palma, dando así nombre al Domingo de Ramos.
Por este motivo, en muchas Iglesias se bendicen las palmas y los ramos de olivo, como símbolos de la acogida que Jesús recibió. Son un recordatorio de la fe, algo tangible para recordar en la última semana de la temporada solemne cristiana de Cuaresma, que precede a la llegada de la Pascua.
Existen diversas creencias en torno al Domingo de Ramos. Una de las más extendidas es la que se extrae del dicho popular: “Domingo de Ramos, quien no estrena no tiene manos”. Esto alude a la tradición de estrenar algo nuevo durante este día, preferiblemente una prenda de vestir. Por ello, siempre se ha considerado como símbolo de la buena suerte.
Además, hay tradiciones de lo más curiosas, como la procesión de La Burrita. Especialmente popular entre los niños, recrea la entrada de Jesús en Jerusalén y es un evento familiar muy esperado.
Como podemos ver, cada día de la Semana Santa encadena un significado propio en relación a la Pasión de Cristo. Es decir, diferentes episodios evangélicos que recogen la entrada a Jerusalén, la última cena, el viacrucis, la muerte y, por último, la resurrección de Jesús de Nazaret.
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