La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Nos libramos de pasar vergüenza
Las matemáticas están presentes en casi todos los aspectos de la vida, desde calcular el precio final de una compra hasta programar una aplicación móvil. Sin embargo, hay un error que millones de personas cometen sin darse cuenta: no seguir correctamente el orden de operaciones.
Este conjunto de reglas matemáticas es fundamental para evitar ambigüedades y garantizar que todos lleguen al mismo resultado cuando resuelven una expresión numérica. Sin una jerarquía bien definida, los cálculos pueden volverse caóticos y generar respuestas incorrectas, lo que en algunos casos puede derivar en pérdidas económicas o fallos técnicos en sistemas complejos.
Para comprender la importancia del orden de operaciones, analicemos la siguiente expresión matemática:
(12−4)×5+18÷3
Si intentamos resolverla sin aplicar las reglas adecuadas, podríamos obtener múltiples respuestas. Para evitar esto, utilizamos el método PEMDAS, que nos indica el orden correcto:
El resultado final es 46, lo que demuestra cómo aplicar correctamente las reglas evita errores y garantiza un cálculo preciso.
El orden de operaciones se enseña en la educación primaria, pero muchas personas siguen cometiendo errores con estas reglas incluso en la adultez. Un informe del Ministerio de Educación reveló que más del 30% de los errores en exámenes de matemáticas en la escuela primaria provienen de una mala aplicación del orden de operaciones.
Este problema no se limita al ámbito académico. Un estudio de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) encontró que el 65% de los adultos ha cometido errores en cálculos financieros por no seguir la jerarquía matemática correcta. Esto incluye desde el cálculo de intereses en préstamos hasta la distribución de gastos en presupuestos personales o empresariales.
En el mundo laboral, este tipo de fallos pueden ser aún más costosos. Profesiones como la ingeniería, la arquitectura y la programación dependen de cálculos precisos. En el desarrollo de software, por ejemplo, una simple omisión en el orden de operaciones dentro de un código puede provocar errores en un programa entero, afectando su funcionalidad.
Aunque muchas personas creen que estas reglas solo se aplican en exámenes de matemáticas, su importancia se extiende a la vida cotidiana y el mundo profesional. Algunos ejemplos incluyen:
No seguir el orden correcto de las operaciones es un problema extendido que se debe principalmente a la costumbre de resolver cálculos de izquierda a derecha sin priorizar correctamente. Algunos de los errores más comunes incluyen:
Para evitar estos errores, los expertos recomiendan:
El orden de operaciones no es solo una regla académica, sino una herramienta fundamental para la vida diaria y el mundo profesional. Aplicarlo correctamente evita errores que pueden generar confusiones en cálculos financieros, errores en programación y problemas en ingeniería o ciencia.
Dominar este concepto desde la educación básica puede marcar la diferencia en el futuro, asegurando que las personas sean capaces de tomar decisiones informadas y resolver problemas numéricos con precisión. En un mundo cada vez más basado en datos y cálculos, conocer bien el orden de operaciones es una habilidad esencial que todos deberíamos manejar con confianza.
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