La ciudad y los días
Carlos Colón
Montero, Sánchez y el “vecino” Ábalos
Cocina
El café es como la tortilla de patatas, no hay dos iguales y nunca nos salen de la misma forma. Los amantes de la cocina y todos aquellos que en los meses de confinamiento se pasaron a los fogones sabrán que cada receta guarda su secreto y el café no podía ser menos.
En el sabor de una buena taza de café influye todo: desde el tipo de cafetera, el agua utilizada, el vaso o la taza hasta la temperatura de la leche. Pero hoy te detallamos los principales secretos para hacer café en casa, siguiendo la opinión de expertos cafeteros como es el caso de Café Sabora:
Hemos perdido la costumbre de comprar café en grano y molerlo después en casa, como hacían nuestras abuelas. Un gran error que debes evitar para elaborar un sabroso café. Pero, tanto si es molido como en grano, lo más importante es que sea de calidad y fresco. Y siempre mejor un café recién tostado a uno que lleve mucho tiempo tostado.
El café tostado es delicado y perecedero, por es mejor guardar el café sin moler y en ausencia de oxígeno para evitar que se oxide. Después, molerlo justo antes de elaborarlo es la única manera de mantenerlo intacto.
Según los expertos, los granos de café deben guardarse siempre en un recipiente hermético lejos de la luz del sol. En un lugar fresco, seco y sin olores.
Sea cual sea el tipo de cafetera que tengas en casa ha de ser de calidad. A la larga duran más y ayudan a conseguir buenos resultados con el café.
A la hora de elegir la taza lo mejor es que el material no sea poroso, así no queda ningún residuo ni olor del café o líquido que contuvo anteriormente. Además, el vaso o taza deben aguantar la temperatura del café evitando que se enfríe. La porcelana al no ser conductora del calor, puede mantener la temperatura del café más tiempo.
Es más que conveniente utilizar agua mineral o filtrar el agua antes de usarla sobre todo si nuestro agua aporta mucho sabor a cal o a cloro, ya que son sabores que estropean un buen café.Además, hay que tener en cuenta la temperatura del agua que debe estar entre los 92° cuando entre en contacto con el café.
Por último, para que el café no se enfríe rápidamente, la taza debe de de estar a la temperatura adecuada, es decir, templada. Se puede precalentar el recipiente en el que sirves el café y la taza en la que vas a servir.
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