No, la abuela Herminia de 'Cuéntame' no hizo ninguna profecía sobre Tamames

Se ha viralizado en estos días un diálogo entre Pablo Rivero y Anna Allen, Toni Alcántara y su irascible novia María, en la que ella, tan insurgente y cursi, le habla de uno de sus profesores (de la Universidad Autónoma de Madrid), Ramón Tamames. "¿Quién es'?", pregunta el siempre hijo progre de los Alcántara. "Un marxista de los pies a la cabeza". "Mi abuela (Herminia) dice que al final todos cambian de chaqueta". Pudiéramos pensar que la sabia y observadora madre de Merche Alcántara en 1968 hubiera tenido esa sospecha de calar a los muy sectarios que cambian con los años pero los guionistas de la serie en 2001 jugaban al ventajismo que siempre pudieron gozar al escribir las cuitas de San Genaro.

Ese guiño hace 22 años hablaba ya de esa camballada del señor Tamames, que de ser diputado y edil de PCE, intelectual brillante gestado desde la oposición a Franco, acabara con las décadas en la orilla contraria de sus postulados iniciales, vía ese pragmatismo que dan los sillones mullidos. Lo del señor Tamames, con ese apellido de libro serio y que da para memes neoseculares, ya se veía venir desde finales de los años 80 cuando además empezó a decolorarse en las tertulias de Antonio Herrero en El primero de la mañana, en Antena 3 Radio. Terminó siendo del miembro del Sindicato del Crimen anti-Prisa, expresión acuñada desde el rotativo de Cebrián primero como menosprecio y después como victimismo llorica cuando le disputaban los billetes.

Al señor Tamames se le conocía y lo conocían los creadores de Cuéntame. No era profecía desde 2001, era una guasa retrofuturista desde el televisivo 1968 de doña Herminia.

Lo de Vox en 2023 es cada vez más desconcertante: una formación que era un vivero por las meteduras de pata de los demás ahora son ellos los que talan el árbol. Lo de arrebatar el 28 de Febrero a los andaluces, que siempre nos han dicho desde Madrid lo que tenemos que hacer; o lo de querer quitar, y dale otra vez, el nombre a Canal Sur son anécdotas y ocurrencias elevadas a provocaciones que dicen muy poco y hablan pobremente de sus impulsores. No hacen falta profetas para atisbar a los agoreros desde lejos.