El mexicano Sergio Flores destaca en una novillada isidril con cartel internacional
GANADERÍA: Novillada de Montealto, en conjunto bien presentada, no dio excesivas oportunidades de lucimiento. TOREROS: Thomas Dufau, de azul y oro. Pinchazo y estocada (saludos tras aviso). En el cuarto, entera (saludos). Sergio Flores, de purísima y oro. Estocada (saludos tras petición). En el quinto, pinchazo y estocada (saludos). López Simón, de rosa y oro. Pinchazo y estocada entera (saludos). En el sexto, pinchazo y estocada (palmas). INCIDENCIAS: Las Ventas. Lunes 23 de mayo de 2011. Tres cuartos de entrada.
La novillada de Montealto, en conjunto bien presentada y variada en pinta, no dio excesivas oportunidades de triunfo a una terna internacional compuesta por el francés Thomas Dufau, el mexicano Sergio Flores y el español López Simón, quienes se entregaron en sus respectivas actuaciones. Flores, el de mayor frescura, quien porfió más en novillero, fue el triunfador del festejo. De hecho, en su primer novillo, el público solicitó una oreja, que fue denegada por la presidencia. Por mucho menos, se han concedido trofeos en este San Isidro.
Sergio Flores salió a por todas. Tuvo como primer oponente a un colorao, altote, manejable, con el que se lució en el capote -bello ramillete de verónicas, rematado con un farol-. El novillo derribó violentamente al varilarguero. El diestro, en su florida variedad capotera, también se marcó un quite en el que alternó chicuelinas y tafalleras. Con la muleta, prevaleció la quietud del joven torero azteca. Destacó en un par de tandas con la derecha; y aguantó varios tornillazos por el izquierdo, logrando algunos naturales muy bien trazados. Algunos de los pases de pecho tuvieron enjundia. Mató de estocada entera arriba, tras la que rodó de inmediato el astado. Hubo petición de oreja, que no atendió el presidente; y el novillero, tras corresponder a una fortísima ovación, se negó a dar la vuelta al ruedo. El quinto, un novillo que derribó con suma facilidad en el primer puyazo, fue un animal agresivo, que se revolvía por el pitón izquierdo. Flores, de nuevo muy dispuesto, consiguió dos series interesantes con la diestra, en las que prevaleció la ligazón. Por el izquierdo, dibujó algunos naturales meritorios. Incluso mantuvo la cabeza fría para resolver situaciones peligrosas, como una espontánea capeína.
Thomas Dufau, con valor y toreo clásico, dejó buenas sensaciones. Con el noblón y mansote que abrió plaza, concretó una faena correcta, iniciada con arriesgados muletazos por la espalda. Lo mejor llegó en una serie muy buena con la diestra, con ligazón. Luego, el novillo se rajó y fue imposible el lucimiento en una labor que acabó con unas manoletinas. Con el castaño cuarto, con genio, expuso en las afueras. Brilló en una serie con la diestra de mano baja. Y en el epílogo, tras unos estatuarios, llegó un susto, cuando el astado le atrapó, afortunadamente sin calarle.
López Simón cumplió con dignidad. Con el jabonero tercero, noblote, comenzó una faena en las afueras, toreando de rodillas, con temple y ligazón. ¡Hasta una decena de derechazos de hinojos, con muy buen aire! A continuación hilvanó por ese lado otra buena tanda. Pero el animal, aplomado, se rajó. El madrileño se entregó en cercanías. Con el deslucido sexto, López Simón estuvo correcto. De nuevo comenzó su faena de rodillas, toreando con la diestra. En la labor, con altibajos, se justificó ante los problemas del astado.
Aunque le denegaran un trofeo, quedó patente que el mexicano Sergio Flores triunfó ayer con creces en Madrid.
No hay comentarios