Pilatos, un sevillano más
La Casa de Pilatos no cierra en Feria, una buena ocasión para descubrir el palacio más representativo del siglo XVI en Sevillal casa de pilatos Plaza de Pilatos, s/n. De lunes a domingo, de 9:00 a 19:00 (incluido Semana Santa y Feria). Precios: 6 euros planta baja; 8 euros casa completa. Información: 954225298.
Poncio Pilatos, aunque romano, es un personaje más de la cultura popular sevillana. No sólo por sus representaciones en las imágenes de la Semana Santa hispalense, sino porque tiene nada más y nada menos que una plaza y una casa-palacio con su nombre.
El por qué se llama así responde a una curiosa leyenda popular: el primer marqués de Tarifa, don Fadrique Enríquez de Ribera (quien terminó la construcción del palacio en el siglo XVI) comprobó en 1519 tras volver de una peregrinación a Jerusalén que había exactamente la misma distancia desde su palacio hasta el templete de la Cruz del Campo que desde las ruinas del palacio del pretor Pilatos, en Jerusalén, hasta el Gólgota, lugar donde murió Cristo. Fadrique decidió establecer un Vía Crucis de 12 estaciones de penitencia. La primera era precisamente su casa-palacio.
La tradición sevillana extendería más tarde la creencia de que este palacio es una copia exacta de aquél en Jerusalén y llamaría a sus estancias con nombres relativos a la Pasión de Cristo: Salón del Pretorio o Capilla de la Flagelación, entre otras.
Mezcla de los estilos renacentista italiano y mudéjar español, la Casa de Pilatos está considerada el prototipo de palacio andaluz y mejor ejemplo de arquitectura sevillana del siglo XVI.
Se accede a través de un portal de mármol, de estilo renacentista genovés y rematado por una crestería gótica. En el patio principal, típico andaluz, destaca una fuente de la diosa Palas. A lo largo de las galerías bajas del patio se observan veinticuatro bustos de emperadores romanos y españoles.
Desde este patio se accede a dos frondosos jardines engalanados con artesonados y un pabellón. Aquí hay que pararse a admirar los zócalos y rejas de estilo plateresco. Cuando se sube al piso superior, no hay que pasar por alto los hermosos zócalos de azulejos que decoran la escalera y la cúpula de madera con mocárabes realizada por Cristóbal Sánchez. Las salas de esta planta conservan una importantísima colección de pinturas que datan de los siglos XVI a XIX, entre las que destacan una pequeña obra de tauromaquia de Francisco de Goya, los frescos de Francisco Pacheco, dos obras de Giuseppe Recco o tres pinturas de Lucas Jordán.
También se visita la capilla, de estilo gótico con decoración mudéjar plagada de antigüedades y numerosos manuscritos. La Casa de Pilatos no cierra sus puertas ni en Semana Santa ni en Feria, lo que supone una buena oportunidad para acercarse estos días.
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