La gestión de la portería ha sido uno de los problemas más espinosos durante toda la temporada en el Sevilla. Lo habitual, en casi todos los equipos, es que haya un guardameta titular y otro suplente, con los roles perfectamente definidos. Pero la irregularidad física de Palop, y su reticencia a ser suplente, y la voluntad de Javi Varas a asentarse definitivamente en el puesto han chocado con las distintas elecciones que el entrenador ha tomado al respecto, sobre todo en el caso de Míchel, con el que los dos se han repartido el puesto.

El madrileño se encontró al llegar con un golpe de fortuna en este sentido, puesto que el día de su estreno en Anoeta Javi Varas sufrió un proceso vírico. No tuvo que tomar la difícil decisión. El que tenía el rol de titular en la Liga, según la decisión que había tomado Marcelino, debía ceder el puesto a Palop, a quien el asturiano le dio los partidos de eliminatorias.

Pero Palop recayó en sus problemas musculares y volvió Javi Varas hasta el día del derbi. Ante el Rayo Vallecano regresó Palop. Y Míchel argumentó su vuelta por unas molestias físicas del meta de Pino Montano. Sin embargo, en algún medio de comunicación se publicó que esas molestias eran inexistentes. A Míchel se le preguntó ayer esto y se ofuscó de veras: "¿Cómo? ¿De quién llegó esa información? A la persona que ha dicho eso, que no tenía molestias, que lo diga delante de mí. A ver quién lleva razón. La persona que filtra que Javi Varas no jugó por una decisión técnica porque no tenía ninguna molestia, que lo diga delante de mí, que yo le voy a decir por qué no jugó Javi Varas. Dije que Javi tuvo un problema físico, que podía ser desde un pie a fiebre. Y parece que no dije la verdad. Seguramente el que ha dicho eso lo sabe mejor que yo. Me equivoco muchas veces, pero engañar, no engaño nunca, nunca". Está claro que el problema de la portería ha coleado hasta el final y será un asunto a solucionar para la próxima temporada.