Garbanzo de Escacena: tradición, cremosidad y sabor saludable

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Garbanzo de Escacena

30 de diciembre 2025 - 06:00

En un contexto en el que la alimentación saludable vuelve la mirada hacia los productos de proximidad, las legumbres recuperan el protagonismo que nunca debieron perder. Entre ellas, el Garbanzo de Escacena, con certificado de calidad y origen de Indicación Geográfica Protegida (IGP), destaca no solo por su prestigio gastronómico, sino también por sus muchas propiedades nutricionales y beneficios para la salud.

Cultivado en la zona de campiña de las provincias de Huelva y Sevilla, en unas tierras y un microclima único, este garbanzo pertenece al tipo “lechoso”, una variedad muy apreciada por cocineros y consumidores por su color blanco amarillento, su piel fina, su textura mantecosa y un sabor suave, cremoso y profundo, que lo distingue claramente de otros garbanzos del mercado.

El sello Indicación Geográfica Protegida “Garbanzo de Escacena” certifica que el producto procede exclusivamente de esta zona concreta y que cumple estrictos criterios de calidad, desde el cultivo hasta su comercialización. Esta certificación protege una legumbre de categoría “Extra”, seleccionada por su tamaño, uniformidad y cualidades organolépticas. Para el consumidor, la IGP es una garantía de autenticidad, trazabilidad y excelencia, y para el territorio, una herramienta de valorización del producto local y del saber agrícola tradicional.

Un garbanzo que refuerza sus propiedades saludables

Una de las características más llamativas del Garbanzo de Escacena es su comportamiento durante el remojo y la cocción. Al hidratarse o ponerse en ‘remojo’, duplica su tamaño, absorbiendo agua de forma homogénea y manteniendo intacta su piel fina, que no se desprende ni endurece.

Este proceso permite algo fundamental desde el punto de vista nutricional: con una misma cantidad de garbanzo seco se obtiene una ración cocinada más abundante, saciante y digestiva, lo que facilita alcanzar las cantidades recomendadas de legumbres en la dieta habitual.

Además, su textura cremosa lo hace especialmente versátil, ideal tanto para potajes tradicionales como para ensaladas, hummus, cremas o platos más ligeros y actuales.

El Garbanzo de Escacena es una de las legumbres más completas desde el punto de vista nutricional. En su versión cocida, 100 gramos nos garantizan proteína vegetal, fibra dietética, folatos (vitamina B9), hierro, magnesio, fósforo y carbohidratos complejos de absorción lenta. Esta combinación lo convierte en un alimento clave dentro de una dieta equilibrada y saludable.

Beneficios para la salud del garbanzo

El consumo de garbanzos como los de la Indicación Geográfica Protegida ‘Garbanzo de Escacena’ es clave para proteger la salud cardiovascular. El consumo regular de esta legumbre nos ayuda a reducir el colesterol total y sobre todo el colesterol LDL (el llamado “colesterol malo”). Esto se debe a su contenido en fibra soluble y a compuestos bioactivos que ayudan a regular el metabolismo lipídico.

También contribuye al control de la glucosa y prevención metabólica. El garbanzo tiene un índice glucémico bajo, lo que significa que libera la energía de forma progresiva. Esto contribuye a mantener niveles estables de glucosa en sangre y resulta especialmente beneficioso para personas con diabetes tipo 2 o riesgo metabólico.

Otro valor es su capacidad para reforzar la salud digestiva y microbiota. La fibra del garbanzo actúa como prebiótico, alimentando a las bacterias beneficiosas del intestino. Esto mejora el tránsito intestinal y favorece una microbiota más diversa y saludable, clave para el bienestar general.

Además, incluir garbanznos de forma regular en nuestra dieta nos aporta saciedad y nos ayuda en el control del peso. Gracias a la combinación de proteína vegetal y fibra, el garbanzo produce una sensación de saciedad duradera, ayudando a evitar el picoteo y facilitando el control del apetito dentro de patrones dietéticos saludables.

Garbanzo de Escacena

Cuánto garbanzo se recomienda consumir

Las guías nutricionales actuales recomiendan entre 2 y 4 raciones de legumbres a la semana, pudiendo llegar incluso a más en dietas predominantemente vegetales. La ración orientativa con unos 60–80 gramos de garbanzo seco, equivalentes a unos 150–200 gramos ya cocidos. Por ello, incluir garbanzos varias veces por semana es una estrategia sencilla y eficaz para mejorar la calidad global de la dieta.

El Garbanzo de Escacena representa la unión perfecta entre tradición agrícola, calidad gastronómica y salud. Su sabor delicado, su cremosidad natural y su excelente comportamiento en cocina lo convierten en un aliado ideal para recuperar el consumo habitual de legumbres, un hábito con claros beneficios para el organismo.

Su piel fina y su textura cremosa permiten emplearlo en una amplia variedad de elaboraciones, desde los guisos y cocidos tradicionales, donde mantiene la forma sin deshacerse y aporta untuosidad al caldo, hasta platos más ligeros y contemporáneos. En ensaladas, una vez cocido, resulta tierno y suave al paladar, integrándose perfectamente con verduras, pescados o aliños sencillos. También es especialmente apreciado para la elaboración de hummus y cremas de garbanzo, donde su carácter lechoso y su sabor delicado permiten obtener texturas sedosas y equilibradas sin necesidad de excesos de grasa. Esta capacidad de adaptarse tanto a la cocina clásica como a la moderna facilita su presencia habitual en la dieta y refuerza su valor como legumbre saludable y gastronómicamente excelente.

Esta acción sobre las propiedades del garbanzo de la Indicación Geográfica Protegida ‘Garbanzo de Escacena’ está cofinanciada con Fondos Europeos a través del Plan Estratégico PAC 2023-2027 y la Junta de Andalucía. (Fondos FEADER. Unión Europea. Gobierno de España. Fondos Europeos. Junta de Andalucía).

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