Real Betis

Bosch examina el proyecto

  • El consejo, la dirección deportiva y hasta Gordillo se reúnen para tratar la situación actual del equipo · El crédito de Mel se mantiene, pero en el club preocupa la mala dinámica

El club verdiblanco, a través de su presidente, Miguel Guillén, mostró a comienzos de semana su apoyo incondicional a Pepe Mel, pese a la racha de seis derrotas seguidas, pero eso no fue óbice para que el consejo de administración sometiese ayer a examen la planificación del equipo. El administrador judicial, además de consejero, José Antonio Bosch, que no suele meterse en los asuntos deportivos, tomó el timón deportivo de la entidad, sometiendo a examen la actualidad del equipo.

En la reunión, que se produjo ayer en las entrañas del Benito Villamarín, no sólo estuvieron Bosch, Guillén y el director deportivo, Vlada Stosic, sino que también acudió a la misma el presidente de la Fundación Real Betis, Rafael Gordillo, quien se apartó teóricamente de la actividad diaria del club cuando dejó la presidencia, pero cuya opinión sigue manteniendo máximo peso en los asuntos deportivos, además de algunos consejeros. En el cónclave se le pidió a Stosic que realizase un balance de la situación, tanto en materia de fichajes como en el rendimiento que el equipo viene teniendo en las últimas semanas, a la vez que se le solicitó su opinión sobre el trabajo de Mel. La conclusión final, por el momento, es de máxima confianza en Mel de todos los presentes, pero los nervios ya empiezan a aflorar en la zona noble de Heliópolis.

"El equipo no está muerto, no está hundido; el equipo está vivo. Se han jugado dos primeros tiempos bastante buenos tanto en Barcelona como en Santander y no estamos hundidos. Es muy llamativo porque son seis derrotas seguidas, pero hay muchos equipos por debajo y por eso no estamos tan hundidos", manifestó ayer Gordillo, quien visitó junto al delantero Roque Santa Cruz a niños enfermos del Hospital de Valme.

El presidente de la Fundación, pese a todo, no escondió la trascendencia del encuentro del sábado. Una séptima derrota, que sería la tercera seguida como local, se convertiría en una losa grande para el equipo y difícil de encajar para los aficionados, de ahí que Gordillo solicitase el apoyo de la grada para los futbolistas: "Todos tenemos que estar a una porque el equipo está pasando una mala racha. La afición es en estos momentos en los que tiene que estar a muerte con el equipo. Nos lo jugamos todo, ellos y nosotros. Es un partido clave por esas seis derrotas seguidas, porque por clasificación ahí seguimos. A ver si entre todos podemos sacar esto adelante".

El mensaje de Gordillo estuvo en consonancia con los dirigidos por Guillén y Mel durante la semana. En el club se tiene la constancia de que el equipo sí cree en el mensaje del entrenador, algo importante en este tipo de situaciones, como también ocurrió durante la crisis de la pasada temporada. Ese aspecto refuerza la figura de Mel de cara al duelo del sábado e incluso más allá del mismo, aunque una debacle o una derrota que encendiera las iras de la grada podría hacer cambiar la opinión de más de uno.

En el club verdiblanco nadie esconde que la situación ha empezado a ser alarmante. Hace un mes nadie se hubiera planteado que el puesto de Mel corriese peligro, pero las circunstancias del fútbol son cambiantes y unos resultados negativos transforman por completo el panorama. Mel cuenta con el apoyo de la afición, que nunca ha dudado de su capacidad para llevar al equipo hacia su objetivo, y también con el respaldo público del consejo, que no se quiere ni plantear otro escenario que no sea ganarle al Málaga. Pero Bosch quiso tomar ayer el mando de la situación y convocó a una reunión para rendir cuentas del tema deportivo.

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