Dulce premio a la trayectoria

Si en algunos momentos la Copa del Rey se convirtió en un tormento para Pepe Mel, por aquello de las lesiones que mermaron a un equipo corto de efectivos, la plantilla, la afición, el club y el propio entrenador recibieron altas dosis de autoestima de una competición que siempre se vinculó a la idiosincrasia del bético. La Copa, por más que costase las lesiones de Jorge Molina, Belenguer, Dorado o Emana, ha devuelto al Betis al panorama nacional y el encuentro de esta noche servirá como homenaje a un equipo que ha ofrecido momentos de un fútbol impropio de un club de Segunda ante Zaragoza, Getafe o incluso en el choque de ida en el Camp Nou. La recompensa al esfuerzo realizado llega en forma de visita del mejor equipo del mundo, con su plantilla de estrellas prácticamente al completo y con un Pep Guardiola que no ha escatimado elogios para su rival, pese a la diferencia de categoría.

La abultada derrota cosechada en Barcelona no emborrona el papel realizado por el Betis en la competición. ¿A quién no golea hoy por hoy este equipo confeccionado por Guardiola? El atrevimiento y el descaro ofrecido por un equipo que ahora es de Segunda no significó mejor suerte en el resultado final, pero el Betis sí recibió los elogios de media España por atreverse a realizar el mismo fútbol que lo ha colocado como el mejor líder de la historia de Segunda. Incluso el hecho de que el entrenador azulgrana colocase a su mejor once sobre el césped engrandeció la apuesta de Mel de querer jugar un tú a tú, aunque la diferencia de eficacia acabase por reflejarse en el marcador.

Y si en el Camp Nou el Betis se plantó con una presión que incluso obligó a que Pinto o Piqué ejecutaran el juego en largo, algo que apenas se ha visto en dos años con el Barcelona como local, con el respaldo de su gente, la intención de Mel pasa por repetir esa idea hasta que la falta de oxígeno haga mella en sus jugadores. El técnico bético no despejará las dudas sobre el once que colocará esta noche sobre el césped hasta esta misma mañana, debido a la fatiga acumulada en jugadores como Nacho, Miki Roqué, Rubén Castro o Jorge Molina, que prácticamente han disputado todos los minutos en lo que se lleva del mes de enero, pero no cabe duda de que un once reconocible acabará saltando al campo. El regreso de Iriney garantiza ese añadido de agresividad para recuperar la pelota, mientras que Jonathan Pereira podría jugar su primer partido como titular.

Con el Barcelona de Guardiola prácticamente faltan adjetivos para definir su trayectoria, pero aun así su técnico incluyó ayer a todos los disponibles para el desplazamiento a Sevilla, con la única aportación del canterano Bartra en la convocatoria. La presencia de un equipo cargado de estrellas parece garantizada, por más que Guardiola ahora sí apueste por un once donde entren algunos menos habituales. Pero es que los mismos responden a los nombres de Adriano, Mascherano o Bojan, quienes serían jugadores de primer orden en cualquier otro equipo de Europa.

Con estos alicientes, la única duda reside en la respuesta de los aficionados. Las dificultades económicas que la crisis provoca en los bolsillos y una eliminatoria finiquitada han retraído a muchos béticos, por más que el club realizase un llamamiento no sólo para recaudar ese dinero que tanto hace falta en las arcas, sino para homenajear a un equipo que se ha merecido el aliento de los suyos con exhibiciones como la de Getafe o el Camp Nou. Mel pretende despedirse con una sonrisa de una competición que tradicionalmente regala momentos de gloria al Betis, algo que sería más factible con el apoyo de la grada y se confía en ese tirón de última hora para poblar las gradas. Aun así, la recompensa es segura. Y es que enfrente aparecerá el Barcelona, el mejor equipo del mundo.