Hacer carambolas, su mayor inquietud
Juan Antonio de los Reyes Jiménez. Jugador de billar en la modalidad de a tres bandas
¿Quién no ha jugado alguna vez al billar? Pero casi seguro que no a una modalidad tan técnica y experta como la de a tres bandas o billar francés. Sus diferencias con el tradicional bien las conoce Juan Antonio de los Reyes.
"Sólo se juega con tres bolas, sobre una mesa tapizada con paño y con bordes que proveen un rebote. Se juega preferiblemente entre dos personas, pero puede ser jugado por un practicante o más participantes", explica.
Y es que son muchos años de práctica. Juan Antonio inició su andadura a los 14 años. Su padre, socio del Club Villa de Alcalá de Guadaíra, lo llevaba con él. "Unas veces jugaba con el resto de los socios del club. Sin embargo, la mayoría de las veces cogía mi taco y jugaba solo en una mesa pequeña", recuerda con añoranza sus principios.
Y es que hacerse un nombre dentro del mundo del billar a tres bandas no es algo sencillo. Requiere un trabajo exhaustivo, constante, siempre avanzando en el perfeccionamiento sin saltarse pasos. "Primero te explican la colocación más apropiada de manos, brazos, cabeza, tronco y piernas y, posteriormente, se empieza a carambolear".
Pero, ¿cómo se hace eso de carambolear? ¿Cómo se entrena? La forma más idónea para realizar un buen entrenamiento, según Juan Antonio, es colocando las bolas en posición de carambola. Se emplean como patrón los puntos o posiciones que se crean con más frecuencia en el desarrollo de las partidas.
Una vez adquiridas las habilidades necesarias, este sevillano comenzó a competir a los 17 años. En primera instancia se trataba de campeonatos locales, para saltar después a la Liga Andaluza, siempre vinculado al club de su vida: el Villa de Alcalá.
Su primer logro llegó cuatro años después. Finalizó como tercer clasificado en el Campeonato de Andalucía sub 21. Pero no ha sido lo único. El año pasado compitió en División de Honor y se proclamó campeón de Andalucía. Paradójicamente, el final de la temporada no fue tan alegre, ya que su club descendió de categoría. Además, ha sido convocado cinco veces por la selección sevillana para la disputa del campeonato de selecciones provinciales. Con ella se proclamó dos veces ganador, a lo que sumó otros dos subcampeonatos.
Ahora, con 30 años, está en la flor de su carrera deportiva. "El billar no es como el fútbol o el baloncesto en el que la gente destaca en su juventud. Aquí los jugadores adquieren su madurez a partir de la treintena. Pese a ello, en el último lustro están entrando jóvenes dentro del grupo de los mejores. Casi el 50% de losmiembros del Top 20 tienen menos de 30 años".
Las intenciones del sevillano están claras: seguir compitiendo y dando la cara por su club. "El objetivo es devolver al equipo a División de Honor, de donde nunca debía de haber bajado", dice. La próxima cita es en Castalla (Alicante), durante la celebración del LXXV Campeonato de España del 16 al 19 de febrero.
Pero como en todo deporte minoritario, las trabas son constantes. La financiación es escasa y los gastos, innumerables. "Tenemos que pagar nuestra propia licencia, a lo que hay que unir viajes, estancias, etcétera", relata.
Ante la adversidad, los jugadores se crecen. España se ha convertido en una potencia referente gracias a su juventud, aunque sus licencias quedan muy lejos de las 200.000 de Corea del Sur.
No hay comentarios