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Inyección de vitaminas para la alta montaña

  • Rami y Banega, virtudes especiales a escena. Junto a Tremoulinas y Escudero, deben abrir las rotaciones en otro tramo saturado del calendario.

Hay veces en que una pausa viene muy bien. Lo sabe Unai Emery, que retomó el trabajo, después de unos días de descanso, con el convencimiento de que su equipo va a ir a más, de que lo peor ya pasó. El tiempo es el gran aliado del vasco por dos motivos. El primero apunta al proceso de adaptación de los nuevos: "La mentalidad no se hace de un día para otro, unos la tienen innata y otros la adquieren aquí", admitió Unai el pasado jueves en un acto promocional junto a la Puerta de Jerez. El ADN de esta plantilla es distinto al de la pasada campaña y ello exige un trabajo sordo en la trastienda, en el día a día. Exige tiempo. Hoy, Emery ve a su tropa con "más hechuras".

El segundo motivo apunta a la enfermería. Era fundamental para el Sevilla ganar tiempo para recuperar efectivos. Y ayer, en la vuelta al trabajo, ya se reflejó ese rearme: saltaron a la hierba de la ciudad deportiva Rami, Banega, Escudero y Tremoulinas para trabajar junto con el resto de la plantilla. "Vamos a tener más competitividad desde la recuperación de futbolistas lesionados", reconocía el propio Emery ese jueves. No inventa la pólvora. En el nido sevillista no querían victimismos al respecto, huían de convertir la poblada lista de bajas en una excusa que lo justificara todo. Pero el vacío estaba ahí.

A saber: Andreolli llegó como quinto central, como paliativo, pero el chico, desde que debutara con buen tono en Valencia ante el Levante encadena siete partidos seguidos, jugando todos los minutos posibles. Cinco de Liga y los dos de Champions. Ha cumplido el expediente, ha demostrado que va a ser un recurso válido para responder a los contratiempos.

Y ahora, es el momento de que el Sevilla tome vuelo, adquiera altura. Es el momento de que Rami empiece a ejercer su liderazgo en la zaga. Para eso llegó del Milan. El francés jugó los tres primeros partidos oficiales, en Tiflis ante el Barcelona y en Málaga con el condicionante de tener a su lado, en el eje, a un central improvisado -y fallido- como fue Krychowiak. Sólo ante el Atlético, Rami actuó en una línea defensiva con tintes de titularidad para la temporada, con Carriço -el luso no vuelve hasta principios de noviembre- como central en el perfil izquierdo, más Coke y Tremoulinas en los laterales.

Rami está piafante, como los caballos de carreras en los cajones antes del pistoletazo. "Estoy muy feliz de poder entrenarme con el equipo mañana (por hoy). Estoy muy feliz, muy contento", expresó el ex valencianista en un corto vídeo que colgó en las redes sociales el pasado domingo.

Por lo pronto, y en espera de que Carriço sea dado de alta -lo de Nico Pareja aún se fía para largo-, en su posible reaparición Rami va a tener un nuevo compañero de baile, el tercero en sólo cuatro partidos: Kolodziejczak o Andreolli. Seguramente, el primero. Lógicamente, al plus que va a dar el jugador procedente del Milan por sus propias prestaciones -jerarquía, experiencia, calidad en la salida del balón y ese colmillo que ha perdido la plantilla esta temporada con respecto a la pasada campaña- se une el descanso que va a procurar al central que salga. Andreolli y Kolodziejczak han actuado juntos en los últimos siete partidos oficiales del Sevilla, con el añadido de que tres de ellos, los dos de Champions y el de Las Palmas, fueron intersemanales y dificultaron aún más el descanso.

La vuelta de Rami se toma en el camarín sevillista como un punto de inflexión oportunísimo, justo tras el impulso anímico de la victoria ante el Barcelona y el necesario descanso del grupo.

La integración de Rami coincide con la de otro puntal. Si el central da algo nuevo con su salida del balón desde el perfil diestro, Banega vuelve para intentar recuperar esa distribución y pausa en el juego que sólo él es capaz de aportar en esta plantilla. Krohn-Dehli, el mejor ante el Barça, tiene otras virtudes. Pero el que de verdad mueve los muñecos es el argentino. Tres semanas después de su percance en aquel aciago mediodía ante el Celta en Nervión, ya está a disposición de Emery y podría viajar el fin de semana para reaparecer en Ipurúa, el sábado ante el Eibar.

El regreso del argentino será providencial también para repartir minutos con Krohn-Dehli, sobre todo, pero también con Reyes, N'Zonzi o Iborra, dependiendo del sistema que Emery disponga. El calendario vuelve a comprimirse, con siete partidos en apenas 23 días: Eibar-Sevilla, Manchester City-Sevilla, Sevilla-Getafe, Villarreal-Sevilla, Sevilla-Manchester City, Sevilla-Real Madrid y Real Sociedad-Sevilla. Todo lo que sea recuperar efectivos será fundamental para los sevillistas. Y si son dos puntales como Rami y Banega, más aún.

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