Nervión se enamora de Konoplyanka

Andaba el aficionado sevillista algo contrariado por las reiteradas suplencias de Konoplyanka. El ucraniano, uno de los fichajes que más ilusionó a la parroquia nervionense este verano, dejaba pinceladas de calidad cada vez que ingresaba en el terreno de juego, pero hacerlo desde el banquillo mediadas las segundas partes se había convertido en una norma algo incomprensible.

Mientras tanto, Unai Emery, acostumbrado ya a lidiar con opiniones de todos los gustos y a justificar día sí, día también sus planteamientos, no dudaba de la calidad que atesora el ex del Dnipro, aunque, insistía, aún le faltara aclimatarse a los automatismos y exigencias de este Sevilla.

Como lo bueno se hace esperar, Konoplyanka partió como titular por primera vez en Liga en esta novena jornada en la que los nervionenses recibieron a un excesivamente replegado Getafe. La buena actuación del extremo en el último partido de Champions contra el City invitaba a confiar en él desde el inicio para averiguar si esas pinceladas se tornaban en trazo firme y continuo. Para descubrir, en definitiva, si el cariño del aficionado sevillista hacia una de sus estrellas alcanzaba cotas de enamoramiento o si perdía fuelle preso de la rutina de los banquillos.

Y respondió el internacional de la mejor de las maneras, deleitando a los suyos con continuas cabalgadas por su banda. Un espectáculo para el público local, una pesadilla para el equipo contrario. Que se lo pregunten a Pedro León, que más de una vez lo vio marcharse raudo y veloz con el balón pegado a sus pies.

Pegados se le aparecían también sus rivales. Konoplyanka, una suerte de imán para los defensores rivales, los atraía con increíble facilidad. La misma con la que los sorteaba. Su calidad quedó así patente con sus cambios de ritmo y sus desbordes, haciendo de su terreno, la banda izquierda, un pasillo por el que el Sevilla se hacía fuerte y peligroso. Y el extremo, decidido a poner en aprietos a Guaita, a punto estuvo de abrir el marcador con un potente disparo que repelió el palo izquierdo. Otra vez la madera se interpuso en su camino, como en Manchester. Sin embargo, el ucraniano no estaba dispuesto a pasar sin pena ni gloria por este compromiso.

Como no lo hizo en el encuentro de casa de la sexta jornada ante el Rayo, donde su gol en los compases finales brindó un ansiado triunfo al Sevilla. Pero en aquella ocasión Konoplyanka sólo estuvo en el campo 27 minutos. Cabe destacar, pues, que estuvo a la altura de las circunstancias al disputar el choque completo ante el Getafe. Sin sombras ni dudas, sin que nada se le pudiera reprochar.

Y para poner la guinda a esta dulce tarde-noche de octubre, Konoplyanka obtuvo el premio a su inconmensurable esfuerzo al anotar desde el punto de penalti el quinto gol del partido, su segundo en Liga. Ovación cerrada para el ucraniano, que se ha ganado el corazón de los sevillistas. Éstos, enamorados sin miedo a reconocerlo, sólo confían en que éste sea el principio de una bonita y exitosa historia.