Breve pero intenso, intensísimo. José María del Nido más desatado que nunca arengando a la fiel infantería sevillista, sabedor de que la inferioridad en número respecto al Atlético de Madrid debe ser suplida con la entrega que caracteriza al seguidor del club.

33.000 sevillistas frente a 45.000 atléticos. Al resto se les supone neutrales, periodistas y compromisos federativos y de las administraciones implicadas. Ante la fantástica respuesta del sevillismo -"me equivoqué al pensar que el sevillismo no respondería de esta manera", dijo Del Nido en la cena oficial de la víspera-, Del Nido quiso ir más allá.

Recibido a gritos de "¡Del Niu, Del Niu!" justo después de que un sector de la afición mostrara su disconformidad con el máximo responsable organizativo del desplazamiento -Manuel Vizcaíno-, Del Nido se fue setenta años atrás para pedir entrega incondicional a los seguidores.

"¡Sevillistas, desde la atalaya que nos permite la clasificación para disputar de nuevo la Liga de Campeones, venimos a Barcelona 71 años después para ganar la Copa del Rey!", en recuerdo de la Copa de España ganada en 1939. "¡Entonces fue en Montjuïc y hoy en el Camp Nou!", añadió.

Del Nido terminó su sonora intervención presumiendo, como no podía ser de otra manera, del carácter del sevillista. "¡Quien se pregunte por qué es tan grande el Sevilla, que venga a ver esto: Qué grande eres Sevilla! Esta noche seremos menos en número, pero seremos más en fuerza. ¡No quiero a nadie que no tenga la garganta rota de apoyar al Sevilla Fútbol Club! ¡Viva el Sevilla! ¡Viva el Sevilla! ¡Viva el Sevilla!".