Ribas quiere dejar el cargo

Juan Ribas, jefe de los servicios médicos del Sevilla desde la temporada 04-05, tiene pensado dejar el cargo, una decisión que ya ha comunicado la pasada semana al club. Ribas, que aún tiene pendiente otra conversación con José María del Nido, quedaría desvinculado de la entidad y volvería a desarrollar al cien por cien su trabajo en su cátedra de Fisiología de la Universidad de Sevilla y otros programas de investigación que lleva a cabo en el ámbito de la fisiología del deporte y la neurofisiología, áreas en las que tiene una acreditada experiencia y una gran valoración a nivel mundial.

No obstante, no descarta ponerse a disposición de la entidad y seguir colaborando en materia consultiva o como asesor del área médica, pero siempre bajo la premisa de dejar de ser el máximo responsable de los servicios médicos de la entidad nervionense, una función que engloba desde el primer equipo, donde delegó en profesionales como Juan de Dios Beas, Adolfo Muñoz y, actualmente, Juan José Jiménez, hasta los escalafones inferiores.

Con su salida, el consejo de administración tendrá que buscar un nuevo coordinador médico de cara a la próxima temporada, aunque Del Nido y Monchi se centrarán la próxima semana en la contratación de un nuevo entrenador. Pedro Ellauri, consejero especializado en la gestión médica, será una de las claves en esta nueva búsqueda.

La salida de Ribas del Sevilla no sería demasiado traumática pese a que durante la pasada temporada se produjeron algunas situaciones que pudieran haber erosionado la confianza entre ambas partes, como la lesión de Jesús Navas, que tuvo que pasar por el quirófano después de varios intentos de recuperación por otras vías, o el caso Guarente, un fichaje que, como desveló este diario, el Sevilla realizó pese el informe desfavorable de los médicos, que detectaron en el reconocimiento previo un "alto riesgo" de lesión grave en su rodilla derecha, que finalmente le dio la razón a Ribas.

En la marcha de Ribas también podría haber un trasfondo de insatisfacción por la escasa valoración de cara al exterior que muchas veces ha podido tener su trabajo, que ha revolucionado el concepto de la medicina deportiva aplicada al fútbol en particular, con una coordinación multidisciplinar y que puso en contacto al Sevilla con los mejores especialistas en cada materia de todo el mundo, siendo, por ejemplo, el primero en introducir en un club de fútbol la figura de Antonio Escribano, un especialista en Endocrinología y Nutrición que hoy día presta sus servicios a más de una decena de clubes en España, a la selección española de baloncesto, varios atletas de élite y es incluso miembro del Comité Olímpico Internacional (COI) en materia de asesoramiento nutricional.

Especialmente llamativo fue el éxito que supuso detectar la dolencia cardiaca que mantuvo a Sergio Sánchez un año de baja y su posterior tratamiento e intervención hasta lograr que el catalán volviera a jugar al fútbol de alta competición, un protocolo de actuación en el que intervinieron desde los médicos del club, el doctor Muñoz entonces, como especialistas de EEUU, del servicio de Cardiología del hospital Virgen del Rocío (el doctor López Haldón), el doctor Arturo Evangelista en Barcelona y, por último, el que lo operó, el doctor Hans Sievers, en Hamburgo.

Evidentemente, los momentos más desagradables fueron los sucedidos con la muerte de Antonio Puerta.