Betis Baloncesto-Movistar Estudiantes

¿Cómo será la billetera de Carlos Lazo para este Betis Baloncesto? (77-86)

  • El Movistar Estudiantes demuestra una superioridad total a pesar del espíritu luchador de los hombres de Javi Carrasco que los llevó a un 69-70 en el último cuarto

  • Los colegiales, de la mano del base Wintering, con 41 de valoración, aprovecharon las debilidades de los locales, incluidas las lesiones

  • Las fotos del Betis Baloncesto-Movistar Estudiantes

Wintering, el mejor del partido, se queda con un balón ante Rogic, Ismael Romero y Kuksiks.

Wintering, el mejor del partido, se queda con un balón ante Rogic, Ismael Romero y Kuksiks. / Juan Carlos Muñoz

Tercera derrota consecutiva del Betis Baloncesto y muy malas sensaciones a pesar de ese espíritu de lucha demostrado en el último cuarto, cuando Ismael Romero tiró de los suyos para ponerlos a un solo punto de la proeza (69-70). Porque hubiera sido una verdadera gesta que este equipo confeccionado durante un verano para olvidar en el baloncesto sevillano truncara la plácida tarde vivida por Movistar Estudiantes en Sevilla para imponerse finalmente por 77-86.

Todo concluía con un triple final sobre la bocina de Rakocevic y también después de haber albergado algunas esperanzas de consumar la remontada en algunas fases del último cuarto. Pero era imposible, con Joaquín Rodríguez sin el pasaporte italiano prometido, con Pablo Almazán y Caio Pacheco lesionados y con el escaso nivel deportivo de algunas de las incorporaciones veraniegas ya era casi un milagro que todo se hubiese igualado en ese cuarto final.

Fue, entre otras cosas porque Yannick Nzosa rindió más a favor del Betis Baloncesto que durante su año lesionado en la entidad verdiblanca, pero las diferencias entre unos y otros eran abismales. Wintering, el base norteamericano de los colegiales, se fue él solito a los 41 puntos de valoración con 25 puntos anotados. Estaba, por ejemplo, justo en las antípodas de su compatriota Krutwig, uno de los dos extracomunitarios contratados por los béticos antes de la llegada del conglomerado mexicano Xoy. Metió dos puntitos y pese a su voluntad demostraba que, a día de hoy, está muy lejos del nivel que se exige en una competición profesional en España.

Porque la LEB Oro no es la Liga Endesa, ni muchísimo menos, pero sí requiere un nivel mínimo para pelear por el ascenso, como se encarga de pregonar el nuevo propietario, Carlos Lazo. La pregunta, lógicamente, y jugando con las palabras del propio empresario mexicano, es cómo estará de euros la billetera del dueño del club sevillano de baloncesto. La sensación que emite el equipo es que debe haber muchos billetes en ella, pues la remodelación deberá ser profunda. Casi tanto como hacer casi una nueva plantilla.

De momento, el base norteamericano Jordan Barnes era uno más de los que veían el partido desde el banquillo, pero el problema llegará con la confección. Está claro que Ismael Romero es fijo y será descartado el joven Krutwig a la vista de su aportación, pero a partir de ahí las variaciones deberán seguir para tener un pívot con un pasaporte comunitario.

Javi Carrasco se lamenta junto a Krutwig, Domenech y Rogic. Javi Carrasco se lamenta junto a Krutwig, Domenech y Rogic.

Javi Carrasco se lamenta junto a Krutwig, Domenech y Rogic. / Juan Carlos Muñoz

Faltan muchas cosas, sin duda, para evitar el ridículo protagonizado durante toda la primera parte, cuando el Movistar Estudiantes se fue en el marcador con una facilidad insultante. El 10-21 tras un triple de Francis Alonso en un robo era ya definitivo para evidenciar las diferencias entre unos y otros. Además, Wintering hacía lo que quería en todo momento y marcaba el ritmo. Lo raro fue que los madrileños no dejaran todo liquidado en ese primer periodo con distancias siempre superiores a los diez puntos (13-27, 20-35).

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La lucha de Pablo Marín y, sobre todo, de Ismael Romero hizo que el Betis Baloncesto no se fuera nunca del juego del todo y que el público tratara de poner algo de su parte para la proeza de la remontada. Pero era imposible, la irregularidad de Rogic, Rakocevic y Ruskiks, capaces de meter triples esperanzadores y de protagonizar errores de principiantes, lo hacían imposible. También ponía lucha Domenech, incluso Krutwig y por supuesto el base Pablo Marín, uno de los más destacados, pero con eso no era suficiente.

Cuando estuvo todo al alcance de la mano, Wintering cogió la batuta, se apoyó en Michael Carrera y Francis Alonso y el Movistar Estudiantes se volvía a ir en el marcador con una tremenda facilidad. Sí se pudo discutir una falta del base norteamericano a Rogic con 72-76 que pudo provocar una emoción mayor. Pero ni esa circunstancia se dio y lo que está claro es que Carlos Lazo tiene que abrir bastante su billetera. El actual Betis Baloncesto está hecho más pensando en evitar el descenso a LEB Plata que en pelear el ascenso. De momento, tres derrotas de tres partidos, dato objetivo.

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