El pegamento Kanoute compensa la verbena

Nada ha cambiado. El Sevilla despide el año siendo lo que ha sido todo, o casi todo, 2010. Una verbena defensivamente y un milagro en ataque cuando sale el de siempre, justo el que no celebra la Navidad por sus creencias religiosas, Frederic Kanoute.

El franco-malí le salvó con su salida al campo la cabeza a Manzano, que pendía literalmente de un hilo y cimbreaba peligrosamente habiendo recibido tres goles en 45 minutos de parte de otro equipo en quiebra técnica como el Málaga. Esta vez -todo lo contrario de lo que ocurrió en el Bernabéu- el entrenador jiennense mejoró a su equipo con los cambios, que los hizo a tiempo y correctamente.

Defensa

El desequilibrio es progresivo hasta que se convierte en una verbena. Jugar con dos puntas como Negredo y Luis Fabiano es tener siempre a dos futbolistas por delante del balón, es decir, dos menos en la resta; otro menos, o casi, por la condición física de Romaric; dos extremos tan abiertos que también son otros dos efectivos casi inocuos a la hora de defender; y si a ello se le une que Manzano eligió a dos laterales, Konko y Luna, que atacan bien, pero que defienden de forma pésima... que nadie se extrañe si cada vez que el rival se acerca al área de Palop el balón acaba en las redes de su portería. El marsellés, además, jugaba con el billete de avión para irse de vacaciones metido en las calzonas, aunque el entrenador esta vez lo vio y reestructuró la defensa metiendo a Alexis y dándole a Martín Cáceres la función de lateral derecho. El uruguayo se comía los marrones que no eran de él sino de Konko y en su nuevo rol mejoró no sólo fijando la demarcación sino tirando y empujando para arriba.

Ataque

Romaric apuntaba, pero, por su físico, no podía conectar con dos puntas estáticos, pero la salida de Kanoute es la que une. Entonces, el Sevilla encuentra paredes, conexión y el fútbol habitual de un equipo que ahí no ha perdido calidad.

Virtudes

Saber en esta ocasión arreglar en la medida de lo posible el desastre inicial, ese desequilibrio atrás y la desconexión arriba. Además, fe.

Talón de aquiles

Que cualquier equipo golee al Sevilla en casa es algo gravísimo.