Real Betis-Osasuna

Otro socio para Rubén Castro (2-1)

  • El Betis suma un importante triunfo ante Osasuna después de un tanto del canario tras el excelente pase del colombiano Pabón. El encharcado terreno de juego pesó a los béticos, que vieron peligrar el triunfo.

Importante triunfo para un Betis que alcanzó la barrera mágica de los 43 puntos en la Liga cuando aún restan por disputarse once jornadas del campeonato, nada más y nada menos que once. El equipo de Pepe Mel se tuvo que adaptar al medio, léase un campo demasiado encharcado para el agua que había caído, y sacó provecho de esos delanteros letales de los que dispone, capaces de allanar todos los caminos en el momento que los rivales les otorgan unos metros de ventaja. Sí, está claro que es una referencia a la eficacia goleadora de Rubén Castro, sobre todo el canario, y Jorge Molina, pero que nadie olvide la llegada de un nuevo socio a este dúo tan letal, la irrupción de Dorlan Pabón.

Porque el colombiano, con apenas ocho minutos de presencia en el césped por los problemas físicos previos y el placaje de Arribas que lo echó del campo, adquirió un rol protagonista en este triunfo verdiblanco. No en vano, cuando más complicadas parecían las cosas, supo ver el desmarque de Rubén Castro a la espalda de los centrales navarros. Su pase fue extraordinario y más aún al hallar a un destinatario llamado Rubén Castro. El canario no tuvo en cuenta para nada la fatiga acumulada a esas alturas del partido, tiró una carrera más con la esperanza de que llegara ahí el balón, cosa que no siempre sucede, y después, ¿qué pasó después? Fácil, que la sangre aún le llegaba al cerebro a pesar del cansancio para encarar a un gran guardameta como es Andrés Fernández y marcar el objetivo como lo hacen los grandes delanteros. Cabeza arriba, interior del pie, gol asegurado y a celebrarlo a lo grande.

El Betis había sacado adelante en esa acción una cita complicada. Está claro que Osasuna no es uno de los equipos punteros de esta Liga y que sus números como forastero no lo dejan en muy buen lugar, pero cuando el balón echó a rodar todo fue diferente por un elemento que igualaba a ambos equipos. Había llovido bastante, es verdad, pero el césped del Benito Villamarín presentó demasiados charcos a la vista de que los chaparrones no caían desde casi dos horas antes del inicio del encuentro. Pero las circunstancias son las que son y la verdad es que el terreno de juego no estaba en las mejores condiciones para favorecer al conjunto mejor dotado en lo referente al contacto con la pelota, el Betis, claro está.

Mel, sin embargo, no alteró sus planes a pesar de esas condiciones de campo. Cuatro defensas atrás, Beñat acompañado por Cañas, dos extremos casi delanteros y el retorno de Rubén Castro para formar pareja con Jorge Molina. Con semejantes elementos, el Betis, como no podía ser de otra forma, debía tener un comportamiento osado, eran un equipo de ataque claramente. Y a ello se dedicaron los verdiblancos en el arreón inicial, sabedores de que la pesadez del césped iba a mermar sus fuerzas conforme fueran consumiéndose los minutos.

El método se vislumbraría bien pronto, pues a los 5 minutos ya le había hecho Andrés Fernández una buena parada a Jorge Molina en un cabezazo de éste. El camino estaba trazado y después de un susto con paradón de Adrián a Armenteros se iba a producir la primera ventaja bética. Apenas 18 minutos, excelente centro hacia dentro de Campbell y Jorge Molina se anticipa al central para clavar el cabezazo en las cercanías del palo, imposible para cualquier guardameta que estuviera delante.

El Betis había sabido sacar rédito de su plan, pues es fundamental cobrar ventaja cuando se arriesga en el plano físico con una briosa puesta en escena. El problema es que después fue complicado mantener el nivel, Osasuna, dentro de su escaso nivel, fue ganando metros poco a poco hasta el punto de ser capaz de jugar más cerca de Adrián. Encima, Mendilibar quitó en el descanso las referencias a los centrales locales y los suyos llegaron a poner en peligro la fiesta verdiblanca. Pero cuando se dispone de tanto arsenal arriba todo puede cambiar en apenas un chispazo. El Betis, ya sin Beñat, supo reaccionar y Rubén Castro halló a su nuevo socio, Pabón. 43 puntos y 11 jornadas por delante, como para no festejarlo a lo grande.

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