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La UE fracasa en su intento de acordar un presupuesto tras el agujero del ‘Brexit’
Las diferencias entre los partidarios de más austeridad, proclives a un duro recorte de la PAC y los fondos de cohesión, y los que apuestan por un mayor esfuerzo impiden el pacto
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) fueron incapaces este viernes de llegar a un acuerdo sobre el primer presupuesto comunitario sin el Reino Unido, debido a la brecha, de momento insalvable, entre los partidarios de más austeridad y los defensores de una mayor ambición europea.
“En las últimas semanas y días hemos trabajado muy duro para intentar lograr un acuerdo (...). Desafortunadamente hoy hemos constatado que no era posible. Necesitamos más tiempo”, dijo el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel en una rueda de prensa al término de una cumbre que ha durado dos días y una noche. “Las diferencias son todavía demasiado grandes como para llegar a un acuerdo”, lamentó la canciller alemana, Angela Merkel, tras una reunión en la que los mandatarios pasaron más tiempo en reuniones bilaterales que debatiendo en conjunto.
Los líderes europeos iniciaron el jueves una cumbre extraordinaria con el único objetivo de pactar el marco financiero plurianual, que fijará el gasto que podrá efectuar la UE entre 2021 y 2027 en cada uno de sus programas, desde las ayudas a la agricultura o las regiones pobres, hasta el Erasmus, pasando por la gestión de fronteras.
La negociación, tradicionalmente de las más enconadas, tiene la dificultad añadida de que la salida del Reino Unido dejará un agujero de entre 60.000 y 75.000 millones de euros para los siete años que habrá que cubrir. Además, la UE se ha fijado nuevas prioridades, como la lucha contra el cambio climático o la digitalización.
Con este contexto, Charles Michel puso sobre la mesa de los líderes unas cuentas de 1,09 billones de euros, el equivalente al 1,074% de la Renta Nacional Bruta (RNB) de los Veintisiete, un montante inferior al del marco actual (2014-2020), que fue del 1,16 % de la RNB, y al que propuso la Comisión Europea, del 1,11 %.
Los países, cada uno con sus matices, partían divididos en dos grupos. De un lado, Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia conformaron un bloque con dos premisas: que el presupuesto no rebasase el 1% de la renta conjunta y que se mantuviesen los reembolsos de los que se benefician en su contribución por aportar más de lo que reciben.
Del otro, diecisiete países, incluida España, vertebrados por su rechazo al recorte del 14,1% en las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) y del 12,1% en los fondos de cohesión que planteaba la propuesta de Michel.
Las dos grandes economías de la UE, Alemania y Francia, no han querido sumarse a ningún bloque, aunque Berlín se ha aproximado más a los austeros, mientras que París está más cerca del segundo bloque, sobre todo en lo que respecta a la PAC, clave para el país galo.
Tras horas de negociación, la Comisión Europea planteó una propuesta que recortaba en 5.000 millones de euros la de Michel, llevando el montante al 1,069 %, para buscar un compromiso. El plan fue rechazado de plano por los Veintisiete, precipitando el final de la cumbre.
Tras el fracaso, Michel señaló que serán necesarias “consultas informales en los próximos días y semanas” para decidir cómo proceder, aunque destacó que los países comparten la voluntad de encontrar una solución.
“Hay que ser consciente de lo que es realista”, dijo Merkel en referencia a las demandas de los Estados miembros, advirtiendo de que “queda mucho trabajo por delante”. El presidente francés, Emmanuel Macron, señaló que se ha “rechazado un mal acuerdo” e insistió en que no se ha “sacrificado la Política Agraria Común”, ya que las ayudas al campo “no pueden pagar el Brexit”.
Por el momento, el presidente del Consejo ha encargado a los líderes de Italia, Portugal y Rumanía la elaboración de una “contrapropuesta” que satisfaga a los países favorables a las políticas de cohesión, una tarea que el presidente del Consejo ha encargado a los líderes de Italia, Portugal y Rumanía, según dijo el primer ministro italiano, Giuseppe Conte. “Aquí hoy estamos decidiendo las políticas europeas para los próximos siete años, porque si queremos una Europa más ambiciosa, más verde, más digital (...) tenemos que aportar instrumentos financieros consecuentes”, afirmó Conte.
El tiempo, sin embargo, apremia, ya que una vez que los países acuerden un presupuesto, tiene que ser negociado con la Eurocámara, que reclama una dotación del 1,3% de la renta conjunta. Si llega 2021 sin que haya nuevas cuentas, la UE no podría seguir pagando buena parte de sus programas.
España pide a la UE un planteamiento más ambicioso
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, subrayó su rechazo a una propuesta presupuestaria para la UE que, según dijo, “no atiende” ni a las urgencias económicas y sociales de Europa ni a la hoja de ruta con las políticas comprometidas por las propias instituciones europeas, a las que pidió “más ambición”. Tras el Consejo Europeo extraordinario, Sánchez consideró que “sin duda alguna” hay margen de maniobra para mejorar el presupuesto y por eso seguirá apostando España. Y también recalcó que continuará batallando para que la Política Agraria Común y la de cohesión tengan una “financiación debida y justa”. En esta negociación, en la que estuvieron por un lado los “amigos de la cohesión” y por el otro los países “frugales” que querían recortar más el presupuesto, Sánchez lamentó que haya habido quienes planteasen una disyuntiva “engañosa” sobre políticas “buenas y malas”. Y dijo que las políticas tradicionales –agrícola y cohesión– son cercanas a los ciudadanos y fortalecen el mercado común.
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