La ciudad y los días
Carlos Colón
Montero, Sánchez y el “vecino” Ábalos
A partir del próximo año, el sistema de cálculo de pensiones experimentará una importante modificación que podría resultar ventajosa para millones de trabajadores españoles. La Seguridad Social implementará en 2026 un nuevo método opcional para determinar la cuantía de las pensiones de jubilación, permitiendo excluir los dos peores años de cotización. Este cambio, que se aplicará de forma progresiva hasta 2037, busca minimizar el impacto negativo que los baches laborales o los periodos con salarios reducidos tienen sobre la pensión final de los trabajadores españoles.
La pensión de jubilación contributiva en España se calcula actualmente considerando dos factores principales: los años cotizados y las bases de cotización de los últimos 25 años previos al retiro. Con el método tradicional vigente hasta finales de 2025, se suman las bases de cotización de los últimos 300 meses (25 años) y se dividen entre 350, obteniendo así la base reguladora. Esta cifra se multiplica posteriormente por un porcentaje que varía según los años cotizados: por ejemplo, con 27 años de cotización se percibe el 78,34% de esa base, mientras que con 36 años y medio o más se alcanza el 100% de la misma.
Sin embargo, a partir de 2026 los trabajadores que se jubilen dispondrán de una alternativa que podría mejorar significativamente su pensión final. La nueva fórmula permitirá calcular la prestación empleando las bases de cotización de los últimos 29 años, con la ventaja de poder excluir los dos ejercicios con peores resultados. Esto significa que, en la práctica, se considerarán únicamente los 27 mejores años de cotización de las casi tres últimas décadas laborales, aplicándose automáticamente la opción más beneficiosa para cada trabajador.
El cambio en el método de cálculo de las pensiones responde a una necesidad ampliamente demandada: suavizar el impacto de los periodos laborales desfavorables en la cuantía final de la jubilación. Hasta ahora, quienes experimentaron reducciones salariales, periodos de desempleo o trabajos con menor remuneración en los últimos 25 años de su vida laboral veían cómo estos periodos afectaban negativamente a su pensión, sin posibilidad de excluirlos del cómputo.
Con la reforma que entrará en vigor el próximo año, el sistema analizará automáticamente ambas opciones de cálculo para cada trabajador: la tradicional (últimos 25 años) y la nueva (27 mejores años de los últimos 29), aplicando por defecto la que resulte más favorable. Esta medida beneficiará especialmente a quienes hayan sufrido periodos de crisis económica, reducciones de jornada, ERTEs o cualquier otra circunstancia que haya mermado temporalmente sus ingresos durante su vida laboral.
Es importante destacar que la implementación de esta nueva fórmula se realizará gradualmente a lo largo de los próximos doce años, hasta alcanzar su plena aplicación en 2037. Este enfoque progresivo permitirá al sistema adaptarse paulatinamente y a los trabajadores planificar mejor su jubilación conociendo con antelación las reglas del juego.
Paralelamente a los cambios en el método de cálculo, también se producirá un ajuste en la edad legal de jubilación el próximo año. Si en este 2025 la edad ordinaria de jubilación se sitúa en los 66 años y 8 meses (para quienes hayan cotizado menos de 38 años y 3 meses), en 2026 se incrementará hasta los 66 años y 10 meses, continuando así con el calendario progresivo establecido tras la reforma de 2011.
No obstante, los trabajadores que acumulen carreras de cotización largas mantendrán la posibilidad de jubilarse anticipadamente a los 65 años sin penalización, siempre que hayan cotizado más del periodo mínimo requerido (38 años y 6 meses en 2026). Esta excepción busca reconocer y premiar las carreras laborales extensas, permitiendo a quienes comenzaron a trabajar muy jóvenes acceder antes a la jubilación sin ver reducida su pensión.
Para quienes estén planificando su jubilación en los próximos años, resulta fundamental conocer estas modificaciones y analizar cuidadosamente su historial de cotización. Dependiendo de cada caso particular, la nueva fórmula podría suponer un incremento significativo en la cuantía final de la pensión, especialmente para aquellos trabajadores que hayan experimentado irregularidades salariales durante su trayectoria profesional.
El efecto de estos cambios no será uniforme para todos los trabajadores españoles. Los principales beneficiados serán aquellos que hayan sufrido periodos de inestabilidad laboral o reducción salarial en algún momento de sus últimas décadas profesionales. Por ejemplo, quienes experimentaron recortes durante la crisis financiera de 2008-2014 o durante la pandemia de COVID-19 podrán excluir esos periodos del cálculo si figuran entre sus dos peores años de cotización.
Por el contrario, los trabajadores con carreras estables y progresión salarial constante podrían no apreciar grandes diferencias entre ambos métodos de cálculo, aunque en ningún caso se verán perjudicados, ya que el sistema aplicará automáticamente la fórmula más ventajosa. Los autónomos, por su parte, también podrán beneficiarse de esta reforma, especialmente aquellos que hayan atravesado épocas de menor facturación o que hayan cotizado por bases mínimas en determinados periodos.
Expertos en Seguridad Social estiman que esta modificación podría incrementar la pensión media entre un 2% y un 8%, dependiendo del perfil del trabajador y su historial de cotización. Una mejora que, aunque pueda parecer modesta en términos porcentuales, puede suponer varios miles de euros adicionales a lo largo de toda la jubilación.
Si estás contemplando jubilarte en los próximos años, es recomendable solicitar un informe de vida laboral detallado y analizar cuáles han sido tus bases de cotización durante los últimos 29 años. Esta información te permitirá identificar cuáles han sido tus dos peores años de cotización y, por tanto, hacerte una idea aproximada de cómo te beneficiará la nueva fórmula de cálculo.
También conviene tener presente que la edad ordinaria de jubilación seguirá incrementándose paulatinamente hasta alcanzar los 67 años en 2027, por lo que es importante planificar con antelación la fecha exacta en la que se cumplirán los requisitos necesarios. Asimismo, quienes estén considerando solicitar una jubilación anticipada deberían evaluar cuidadosamente si les compensa esperar a que entre en vigor el nuevo sistema de cálculo, especialmente si en sus últimos años laborales han experimentado reducciones salariales significativas.
La Seguridad Social ha habilitado en su página web un simulador que permite calcular aproximadamente la cuantía de la futura pensión, aunque todavía no incorpora la nueva fórmula que entrará en vigor en 2026. Se espera que en los próximos meses se actualice esta herramienta para que los trabajadores puedan comparar ambos métodos y tomar decisiones informadas sobre su jubilación.
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