El etarra Henri Parot, detenido en Sevilla en 1990, saldrá seis días de prisión tras renegar de la violencia
El terrorista admite que el daño "nunca hubiese tenido que ocurrir" y podrá abandonar la prisión de San Sebastián durante seis días
En su última carta enumera con nombres y apellidos a sus víctimas hasta un total de 33 nombres
El ex dirigente etarra Henri Parot, que ingresó en prisión en 1990 el 2 de abril de ese año en Sevilla y cumple una condena acumulada de 40 años, saldrá de permiso penitenciario seis días tras acordarlo la prisión de San Sebastián y avalarlo el juez de vigilancia de la Audiencia Nacional, que ha tenido en cuenta una misiva en la que nombra a sus asesinados y admite que el daño "nunca hubiese tenido que ocurrir".
Tal y como recuerda en esa carta manuscrita dirigida a la Junta de tratamiento (la cuarta escrita en los últimos cinco años), Parot reitera su rechazo a "todas las violencias" y señala que a sus 67 años, 35 de ellos encarcelado, considera necesario "reconocer el sufrimiento ocasionado y tratar en la medida de lo posible de repararlo".
En esta última carta enumera con nombres y apellidos a sus víctimas hasta un total de 33 nombres.
"Creo que es necesario reconocer el sufrimiento ocasionado por mi antigua pertenencia a ETA y tratar, en la medida de lo posible, repararlo", escribe el etarra, según se refleja en el auto del juez de vigilancia penitenciaria de la Audiencia Nacional fechado el pasado 19 de junio por el que avala la decisión que de forma unánime adoptó la Junta de tratamiento de la prisión donostiarra en marzo.
El juez destaca que el penado ha superado las tres cuartas partes de condena, tiene una evolución favorable en la que no constan sanciones y participa en actividades programadas penitenciarias, además de haber disfrutado con anterioridad de dos permisos de salida de dos días sin ninguna incidencia y valorar que el riesgo de fuga es muy bajo.
Parot ha asumido el pago de indemnizaciones por sus atentados "a través de una cantidad mínima abonada".
Su detención en Sevilla en 1990 supuso un relevante golpe en la lucha contra ETA porque ostentaba la jefatura de los comandos itinerantes o Argala, que llevaban actuando durante 12 años y habían cometido una veintena de atentados con casi 40 muertos y más de 200 heridos.
Además, dio nombre en 2006 a la llamada doctrina Parot con la que el Tribunal Supremo dio respuesta a un recurso de este preso que supuso el alargamiento de la estancia en prisión de los terroristas. Siete años después, en octubre de 2013, la Justicia Europea la anuló y fueron excarcelados 63 etarras.
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