El ayuntamiento de Benalmádena se ha convertido en uno de los primeros municipios en perseguir a las personas poco cívicas que no recogen los excrementos de su perro por la calle. Ahora, una vecina de Paterna (en Valencia) tendrá que pagar una multa de entre 75 y 500 euros debido a que su perro hizo caca en la calle y no lo recogió. 

Lo más curioso de todo, es que ambos municipios se encuentran a unos 640 kilómetros de distancia, pero esto no ha impedido que el ayuntamiento malagueño ejecute la labor por la que lleva luchando meses. El perro era de la raza Bull terrier y el suceso ocurrió en agosto de 2021 mientras estaban de vacaciones. La mujer no limpió los excrementos con una bolsa de plástico y ahora deberá pagar por ello. 

Este procedimiento es muy novedoso y consiste en cruzar las bases de datos de los ADN caninos para conocer la identidad de los propietarios de las mascotas que defecan en la calle y no son recogidas.

Este registro podría evitar el abandono animal

"El censo genético canino complementa al necesario registro mediante microchip y permite mantener un mejor control de los perros en el ámbito nacional, independientemente de la localidad, provincia o comunidad autónoma de la que proceda el animal", aseguró en declaraciones a EFE Enrique Perigüell, responsable de la empresa ADN Canino, encargada de suministrar el servicio a más de 20 ciudades españolas. Un registro obligatorio que no sirve solo para poner este tipo de infracciones, sino como forma de "combatir el abandono o el maltrato animal".