Frente Abierto: “En nosotros todo es una anomalía”

FRENTE ABIERTO | Colectivo musical

'Guerra a todo eso' es el punto donde el cante se cruza con el metal y la experimentación. Frente Abierto no busca fusión, sino fricción, firmando una de las propuestas más libres y desafiantes del nuevo flamenco andaluz

El ruido y la furia

Frente Abierto: Borja Díaz, Marco Serrato, David Cordero, Raúl Cantizano y Carlos Pérez

Frente Abierto publica hoy su primer disco, Guerra a todo eso, una obra de nueve piezas que reconfigura los límites del flamenco desde una perspectiva radicalmente contemporánea. El colectivo andaluz, integrado por Marco Serrato, Raúl Cantizano, Carlos Choco Pérez —con los que nos reunimos en esta entrevista—, Borja Díaz y David Cordero, propone una lectura libre y combativa del cante, arropando su raíz ancestral con paisajes sonoros donde conviven el metal, el ambient y la improvisación.

El disco, editado por Universal Music Spain, se ha gestado entre Estudios La Mina y Desmodus Sound Estudio, con producción de Marco Serrato junto al propio grupo. Cada tema es un encuentro entre mundos, con las voces flamencas de Inés Bacán, Lela Soto, Israel Fernández, Ángeles Toledano y Sebastián Cruz dialogando con una instrumentación que se atreve a mirar tanto a Camarón como a Swans, Ornette Coleman o Black Sabbath. Lejos de cualquier fusión superficial, Guerra a todo eso funciona como un manifiesto sonoro sobre la identidad, la memoria y la libertad creativa. Frente Abierto recoge el espíritu del underground andaluz —con miembros procedentes de proyectos tan inquietos como Orthodox o las colaboraciones experimentales de Cantizano y Cordero— y lo proyecta hacia un terreno inédito donde la tradición se desborda, se distorsiona y se expande.

Tras su paso por festivales como Roadburn, Canela Party, Nocturama o Primavera Sound, —la próxima oportunidad de verlos en directo será en el Monkey Week el 22 de noviembre— la banda se confirma con este debut como una de las aventuras más audaces del panorama estatal. Un proyecto nacido desde el sur que entiende el flamenco como un lenguaje vivo, abierto y, sobre todo, insurgente.

Tendremos que esperar, pero ahora mismo la guerra a todo eso está perdida"

Me trajeron de noche temblando de miedo. Y no quedaba un rinconcito pa esconderme dentro. El sol marca una línea que vuelve a abrir tó los caminos que la niebla esconde. Y quemaré los puentes que cruzan el río porque no me queda ya miedo a perder lo que nunca fue mío. Y cuando el humo se aclara queda un frente abierto y en mi soledad libro una batalla que es guerra a todo eso.

Pregunta.-Yo interpreto la letra de Guerra a todo eso, la canción que da título a toda la obra, como la descripción de un viaje desde el miedo traumático hasta la liberación mediante la quema de puentes. Este eso al que le declaran ustedes la guerra, ¿lo debemos entender principalmente como una batalla exterior contra los purismos, las tradiciones rígidas o, sobre todo, como una guerra interior contra los miedos, las herencias que no les pertenecen, sus propias limitaciones como artistas…?

Respuesta.-(Serrato) Me gusta lo que ha dicho. Me parece perfecta su interpretación. Pero en realidad la letra está inspirada en la memoria de José Díaz y está dedicada a él y a Manuel Acisclo Romero, que era mi bisabuelo y amigo suyo. Los puentes de la letra son, literalmente, los que ellos defendieron de los fascistas en Triana. La guerra de la que habla es una referencia a la enfermedad que tenía Díaz, que acabó con él. Miedo tenían poco los dos, eso sí; aunque la letra diga temblando de miedo. La guerra a todo eso es una llamada a la izquierda actual, que ha perdido la línea de base de la conciencia de clase; es una guerra a todo lo que enturbie esa línea fundamental desde la que tienen que partir todos los movimientos de la izquierda. Pero en el fondo casi hubiera preferido no explicarle nada, porque me interesa mucho más que quien la escucha haga suya la letra.

P.-¿La guerra a todo eso tiene más posibilidades de ganarse o de perderse?

R.-(Serrato) Ahora mismo se está perdiendo. Está en derrota absoluta, pero habrá que intentar ganarla. Los burgueses necesitaron cinco siglos para hacerse con el cotarro y nosotros tendremos que esperar. No sé si serán cinco o diez mil, pero realmente ahora esa guerra está perdida.

P.-Ahí canta Ángeles Toledano: Porque no me queda ya miedo a perder lo que nunca fue mío. ¿Esa renuncia es el mejor punto de partida para crear un disco como este?

R.-(Serrato) La verdad es que no tenemos nada que perder, cuando venimos de picar piedra en el underground, obviamente. (Cantizano) Esta apuesta es algo que nos motiva. Pero no habíamos caído en esa interpretación que hace usted. La hacemos nuestra también.

Hemos huido del concepto de lo bonito, lo superproducido, lo refinado, para enfatizar la austeridad, la crudeza, la inmediatez"

P.-Frente Abierto parece construido sobre una tensión entre el respeto absoluto a la tradición y la pulsión de dinamitarla. ¿Cómo se vive dentro de ese conflicto?

R.-(Cantizano) No es dinamitarla, es incorporar una serie de lenguajes e influencias que nos han creado como personas y que hemos vivido en base a esas influencias; es poner sobre la mesa lo que somos con autenticidad y respeto. Yo soy tan rockero como flamenco, y experimento e improviso por igual en los dos terrenos. (Serrato) ¿Por qué el flamenco es tradición y el rock no? Un flamenco te va a decir que su música no es tradicional, es una creación artística, y tradicional son sólo los fandangos de Huelva o los verdiales de Málaga. Para mí no es una cuestión de tradición o vanguardia, ni de reventar nada. El disco está hecho con tanto cariño, tanto respeto y tanto gusto hacia una cosa como a la otra. Simplemente hemos acompañado el cante flamenco con la música que manejamos, creando algo que nos motive y nos llame. El objetivo no era ser nuevos, sino suficientemente personales o únicos. Esa búsqueda partió de la intuición, hemos provocado lo que queríamos. En esos cantes veíamos elementos que conectaban con esa música que siempre hemos hecho.

P.-¿Qué significa para ustedes publicar un disco como este con un sello grande como Universal? ¿Una infiltración, un experimento, una grieta?

R.-(Cantizano) Una total infiltración.

P.-¿Y cómo concilian la naturaleza vanguardista y casi underground del proyecto con las dinámicas de la industria musical mainstream?

R.-(Serrato) Ya lo veremos. De momento estamos ganando. Los sellos grandes siempre han hecho este tipo de jugadas. Hay propuestas muy interesantes de amigos y grupos favoritos que vienen del metal y estaban en Sony o Universal. Nosotros llevamos ya más de 25 años jugando en la liga dura del underground, o como le quiera llamar, y si se nos ofrece esta oportunidad la aprovechamos.

P.-¿Impuso el sello alguna condición o expectativa sobre el sonido del disco?

R.-(Serrato) No, porque el acuerdo fue posterior a la grabación del disco, así que no han interferido en absoluto creativamente y nos han dejado total libertad. Lo que sí han hecho es ponernos unos medios con los que nosotros no hubiésemos podido contar, y eso, como bien supondrá, no lo podíamos desaprovechar.

Frente abierto con Sebastián Cruz, Israel Fernández y Lela Soto

P.-Ya me han dicho que no querían dinamitar nada, pero está claro que un incendio sí que han provocado. ¿Qué cosas del flamenco querían dejar arder y cuáles mantener vivas entre las brasas?

R.-(Cantizano) Hemos buscado los cantes difíciles, no los sencillos; nos hemos ido al meollo: la soleá, la seguiriya, la serrana, la granaína. (Serrato) Hemos querido huir de la sensación que tenía de cuando el flamenco se mezclaba con otras músicas que no eran el rock o el jazz que más me gustaban. Había estéticas musicales y propuestas que yo echaba de menos unidas al flamenco y son las que hemos intentado incorporar nosotros. Sobre todo, huir del concepto de lo bonito, lo superproducido, lo refinado, para enfatizar la austeridad, la crudeza que normalmente le quitan siempre, la inmediatez, una fealdad que, a veces, es la que más disfrutamos.

P.-Han trabajado con cantaoras y cantaores muy distintos. ¿Es el disco un mapa emocional y cada cantante representa un punto geográfico de él? ¿Qué buscaban ustedes en cada voz?

R.-(Cantizano) La verdad es que hemos contado con las voces a las que hemos tenido acceso y más se prestaban a lo que hacíamos. Nos hubiera encantado grabar con Terremoto, pero desgraciadamente ya no está entre nosotros. Como concepto, vuelve a gustarme ese que dice usted del mapa que ha resultado, pero no es así como lo hemos buscado. (Serrato) Aunque sí es verdad que algunos cantes estaban pensados de antemano para quien los iba a cantar. Por ejemplo, la bambera, que se la había escuchado cantar a Inés Bacán y me encantaba cómo lo hacía. A lo mejor si no hubiéramos tenido a Israel Fernández no hubiésemos hecho una bulería; pero siendo él tan camaronero había que aprovecharlo para ese palo. Como las alegrías con Lela Soto y las seguiriyas con Sebastián Cruz. (Pérez) Hay cosas que implícitamente ya te pedían quién y cómo cantarlas y nosotros veíamos si podían.

Echábamos en falta acoplar esos cantes con algunas estéticas que nunca se les habían aproximado, pero que nosotros veíamos claras"

P.-Las letras van de lo popular a lo escrito por Serrato, pasando por Miguelito Motoreta con unas bulerías o Dani Llamas con una serrana. ¿Cómo deciden qué palabra necesita cada palo?

R.-(Serrato) Me tocó a mí decidir cada cosa. Elegí letras que me gustaban del flamenco y escribí otras yo mismo. Y luego las bulerías, por ejemplo, necesitan una chispita que yo no tengo y como Miguel se había ofrecido, se las dejé a él. Dani está haciendo unas letras flamencas muy buenas y como además estoy trabajando con él, quería aprovecharlo; su serrana es una de mis favoritas. La forma de decidirlo ha sido un poco por intuición.

P.-Ahí quería yo llegar, a esa intuición estética; porque supongo que ha sido eso y no la coincidencia lo que ha hecho que la seguiriya, soleá, bambera que conocemos como adelantos del disco, o la caña o los tientos que les he escuchado en concierto, tengan una densidad emocional que encaja bien con el metal o el doom.

R.-(Serrato) Ha sido la intuición lo que lo ha motivado, claro. En esos cantes veíamos elementos de la música que usted comenta. No todo el mundo lo ve tan claro. Usted sí porque conoce a Orthodox, conoce las estéticas que manejamos, conoce el flamenco, y ha visto el desarrollo de forma natural. Pero no todos lo ven así de natural. Nosotros oíamos la llamada: una caña, con ese coro; unos tientos, con esa melodía tan bonita que se puede hacer con la zanfoña… (Cantizano) Echábamos en falta acoplar esos cantes con algunas estéticas que nunca se les habían aproximado, pero que nosotros veíamos claras… pero, tío, ¿no estás viendo que esto va así…?

P.-¿Cómo respaldan sus instrumentos esas letras? ¿Hay jerarquías en este colectivo?

R.-(Pérez) Jerarquía no; lo que si hay son temas que se prestaban más a ciertos instrumentos, como esos tientos que ha dicho Marco, en los que era clara la zanfoña de protagonista. Para el grueso del disco hemos seleccionado entre todos lo que cada uno podía hacer, estableciendo una paleta de sonido adecuada para lo que cada uno sabía y podía tocar. Los temas principales, soleá, seguiriya, serrana, comparten una textura sonora en la que participamos todos más o menos por igual; hay otros momentos más eléctricos donde puedo resaltar yo más y otros en los que no toco nada o solo acaricio un poco el instrumento; en los cantes está Raúl más presente, hay momentos de contrabajo solamente…

Frente Abierto

P.-He empleado antes la palabra colectivo, porque sé que Frente Abierto se define a sí mismo como un colectivo más que una banda. Eso está muy bien como filosofía, pero ¿qué implica en lo práctico?

R.-(Serrato) Parte de la gracia está en que convivamos gente tan diferente. Es verdad que a mí se me asignó, sobre todo al principio, el papel de director musical, pero la idea realmente era juntar las piezas y dejar espacio para todo. (Cantizano) Con la dificultad que eso supone también. Hay que dar hueco a un ambient como el de David entre el peso de Orthodox. Para vestir el sonido hay que hacer concesiones; tanto a unos como a otros hay que dejarles hueco. Hay temas en los que David prácticamente no está, como la bulería, y hay otros en los que casi no estamos los demás, como las alegrías, que es donde David se expande. En la caña conviven perfectamente David y Orthodox. Todo se negocia, se ve qué queda mejor, porque tenemos muchas herramientas para que el disco sea variado…

P.-…pero esas concesiones y esa forma de negociar me las está contando en lo estrictamente musical. Yo quiero saber también cómo afectan a la forma de manejar la carrera y los asuntos de la banda.

R.-(Serrato) Hay conflicto, es obvio; porque cada uno tiene sus intereses y ve las cosas a su manera, pero intentamos llegar a consensos y tampoco estamos tan alejados en el fondo. Cuando empezamos sabíamos que íbamos a hacer música para Israel Fernández; ya éramos una banda y aún no sabíamos qué cantaora íbamos a tener. (Pérez) Nos cogimos todos con muchas ganas; fue como decir: ¡hostia, vaya grupo de colegas que nos vamos a juntar! Cada uno es singular y aprendemos los unos de los otros. (Cantizano) Cada uno puede añadir una cosa, pero luego le vamos dando forma y vamos viendo que lo mejor es lo mucho que se disfruta de ese proceso y de cómo se crea un roce entre una serie de músicos que es enriquecedor, a pesar de sus puntos de vista distintos. (Serrato) Hay que tener en cuenta que nos hemos juntado gente que llevamos nuestra propia historia aparte; aquí no hay nadie que estuviese esperando que los demás lo llamaran. Somos gente que, si se nos deja solos, funcionamos igualmente.

P.-En el Canela Party o el Primavera Sound seguro que les entendió bien el público. Pero tocaron en el Roadburn, templo del metal experimental. ¿Cómo reaccionó un público forjado entre riffs y distorsión ante una seguiriya? ¿Creen que el público extranjero entiende el cante jondo sin entender las palabras? ¿O el duende también se traduce en frecuencias bajas y feedbacks?

R.-(Serrato) Aquí la gente tampoco entiende tanto de flamenco. Es falsa esa idea, y los españoles no escuchan tanto flamenco ni saben tanto de flamenco. Es verdad que de puertas para fuera puede llamar más la atención, pero la parte que no es flamenca de Frente Abierto conecta más con la gente en un festival como Roadburn que en el Canela. Y si el público extranjero no entiende las palabras, no es un impedimento; tampoco entendíamos nosotros las letras del rock. (Pérez) La respuesta en Roadburn en concreto fue increíble. La gente atendía y se quedaban pasmados. Se quedaban mirando emocionados; yo siempre veo mujeres llorando, sobre todo cuando Lela canta los tientos. (Serrato) Es que el cantaor flamenco, comparado con el cantante de un grupo estándar, está a una altura muy superior. Las mejores voces del festival eran las de Frente Abierto.

Una cosa como esta, que no es una fusión, que está trabajada de distintos prismas, de distintos ángulos, a un purista del flamenco o del rock no le va a interesar"

P.-Este es un proyecto que puede atraer a puristas del flamenco y a metaleros. En directo, ¿perciben una división en la audiencia? ¿Observan quién se engancha en los momentos más canónicos y quién lo hace en las explosiones más metálicas?

R.-(Cantizano) Es que yo creo que los puristas, tanto del flamenco como del metal, directamente no vienen a vernos. Porque si eres purista, una cosa como esta, que no es una fusión, que está trabajada de distintos prismas, de distintos ángulos, ya no le va a interesar. Si por casualidad nos vieran creo que tampoco dirían nada, porque no sabrían por dónde criticarlo. (Pérez) Sobre la reacción de unos y otros, tampoco podemos estar tan pendientes para observarla, porque estamos concentrados en la ejecución. Recuerdo en Cádiz a una señora en la primera fila marcando el compás y escuchando los cantes, estudiándolos… en realidad los puristas somos nosotros.

P.-¿Hacia dónde puede evolucionar un proyecto que ya de partida es tan inclasificable? ¿Se ven explorando palos aún más oscuros o, por el contrario, yendo hacia una mayor síntesis y construcción melódica?

R.-(Serrato) Seguiremos en la idea original. El flamenco va a ser siempre un ingrediente, aunque a lo mejor no tan importante a veces, según nos vaya apeteciendo. (Cantizano) Yo siempre insisto en romper una lanza sobre que este proyecto nace de los músicos, no de las cantaoras o cantaores. Hay que ponerse delante del toro y decir: no, espérate, este proyecto lo defendemos como músicos, como colectivo. Y ahora las cantaoras y cantaores van a cantar lo que nosotros les pidamos que canten y como nosotros queramos que lo canten. (Serrato) Eso tampoco es habitual. Todo es una anomalía: un grupo como nosotros en Universal, en el que los cantantes no son los que tiran del carro… (Pérez) Somos la montaña y vamos a Mahoma. (Cantizano) Vienen bien entrevistas como esta para poder explicarlo todo, porque claro, lo habitual es que después de un concierto la prensa se acerque a preguntarles a Israel o a Lela…

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