Aquellas pequeñas cosas

03 de febrero 2025 - 03:08

En el fútbol, tan importante es cuidar la pelota como cuidar tu portería. Y al Betis actual, con tantos jugadores de los que gusta ver jugar, le cuesta hacerse fuerte en aquellas pequeñas cosas, que diría el maestro Serrat, que no salen en los resúmenes de los partidos, de dos o tres minutos, que ahora vemos todos en los móviles. Un córner bien despejado por un defensor no salía jamás en aquellos Estudio Estadio, ni sale ahora en YouTube, pero qué importante es hacerse fuerte en tu área y emerger para que un buen golpeo desde la esquina quede en el olvido.

El Athletic Club sorprendió cuando el fortachón de Rocky, Unai Gómez, se fue al banderín en el primer saque de esquina de los vizcaínos para botarlo. Y lo botó de cine. Fuerte, tenso y al sitio. También el segundo. Avisó el todavía campeón de Copa de que por ahí podía hacer daño y lo hizo hasta dos veces.

El Betis no termina de hacer del Benito Villamarín una fortaleza por su impericia en los detalles del juego ajenos a la belleza y el lucimiento pero que son tan importantes como las virguerías. Perraud, por ejemplo, no anda hábil a la hora de evitar el saque de esquina que precede al empate a dos definitivo. Si lo hubiera evitado, hubiera despertado algún tímido aplauso. Y a otra cosa. Como cuando Ángel Ortiz, debutante en Heliópolis, se quitó un balón comprometido de encima en posiciones retrasadas. El personal se lo reconoció con un aplauso. Y esa jugada no va a salir tampoco en ningún montaje de highlights. Pero es fútbol. Fútbol del que valoran los entrenadores.

El Betis no para de coleccionar cromos de los que salen en las portadas del Adrenalyn de Panini: Isco, Lo Celso, ahora Antony. Jugadores buenos y también bonitos que entran por los ojos. Pero si no corrige su propensión a no dominar la letra pequeña del juego, se le va a terminar de escapar de forma irremisible el tren europeo. Y ese tren, a diferencia del de Aquellas pequeñas cosas de Serrat, no tiene boleto de ida y vuelta.

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