
NOTAS AL MARGEN
David Fernández
Volverán las plegarias al dios de la lluvia
Tras un primer tiempo en el que reaparecieron las dudas que el Betis ha ido acumulando, el intermedio hizo que las dudas desaparecieran para ver a un equipo en el que los buenos se mostraban compatibles. Un golazo made in Antony no más reanudarse el juego provocó un cambio sideral con el que el Betis dejó la eliminatoria vista para sentencia. Un gran segundo tiempo fue la clave para dejar en trámite lo del próximo jueves.
Se dejó Pellegrini de rotaciones espectaculares y sólo salvaguardar a Llorente y a Cardoso fueron las de esta fría noche en Gante. Dejaba su tarjeta de visita Antony con un control orientado y tiro que provocó un paradón del portero, pero la superioridad que se pregonaba no aparecía por ninguna parte. No mostraba el Betis la diferencia de calidad que se decía y lo cierto es que parecían dos iguales que partían con idénticas posibilidades de hacerse con el partido.
Era como una repetición de lo vivido en estas últimas semanas con un Betis sin jerarquía y que parecía estar al pairo en más ocasiones de las deseables. Y se iba al descanso con la sensación de estar viviendo un más de lo mismo, con lo que el resultado se antojaba muy en el aire, pero llegó el bendito intermedio para que el viento virase hasta soplar de popa. El toque de corneta para el asedio fue el gol de Antony en un movimiento que ha ejecutado en los tres partidos que lleva.
Iban dos minutos y ahí empezó todo, ya se entendían Isco y Lo Celso, Bakambu ganaba algún duelo que otro, Abde desbordaba a babor y todo iba a favor de obra. Bakambu marcaba el segundo y el recién salido Altimira hacía el tercero. Un 0-3 que deja el pase a octavos francamente encaminado y que bien podría significar la catarsis que convierta al Betis en el Betis que quieren los béticos. Ocurrió en el corazón de Flandes donde estaba obligado el Betis a poner una pica y la puso.
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