La ventana
Luis Carlos Peris
El tiempo lo multiplicará
Cuando el tiempo no nos dé margen para otra cosa que no sea el recuerdo nos entretendremos y emocionaremos con lo que quede en la memoria de aquellos días de Adviento en que Sevilla se reencontró con la Gloria. Con la solera que deja en los arcanos el paso del tiempo será grande recordar la vez que nos pusimos delante de la Macarena tras su retorno, finiquitado el tiempo de negruras que nos invadió tras aquella dramática constatación del mal trato recibido en la consulta del médico. Se nos vendrá a la memoria un reencuentro sin parangón y como con los lances del torero soñado se aumentará el tiempo de espera en una cola interminable. El paso del tiempo lo multiplica todo, pero lo que no necesita de multiplicación alguna será el recuerdo de aquella amanecida del día de la Inmaculada en que el Atrio se convirtió en pórtico de esa Gloria que es la Basílica cuando ya su moradora está presente. Han sido, siguen siendo, días de vino y rosas tras el final feliz de una pesadilla que parecía interminable.
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