La esquina maldita de Sevilla

Un nuevo accidente advierte de uno de los puntos de mayor peligro del centro

Sevillanos tomados por pardillos

Patio de Banderas, Patio de las Colchas

El azulejo con los destrozos.
El azulejo con los destrozos. / Francisco Hernández

13 de noviembre 2025 - 04:05

En la DGT del peatón de Sevilla, figura tan denostada en la vida cotidiana como lo es el nazareno en la Semana Santa, existe una relación de puntos negros por incómodos y peligrosos. Hace tiempo que avisamos de que el principal es el localizado en la esquina de la Plaza de Duque con la Campana. Da acceso a la acera que conduce a la calle Alfonso XII, la que arranca con el bar de la esquina de esos camareros rápidos y diligentes que cada vez, por cierto, se encuentran menos en la hostelería. La esquina es de una incomodidad todavía mayor para el viandante desde que instalaron las muy necesarias vallas protectoras para impedir la invasión de la calzada que tantas veces se producía. ¡No hubo más remedio que acotar! Es zona de alto tránsito por la proximidad de El Corte Inglés (un saludo a la nueva directora, doña Raquel Coco), el paso es estrecho y hay un semáforo que cuando se pone en rojo provoca la acumulación del público. Por eso hay ocasiones en que se produce un verdadero colapso, sobre todo en los días de compras como los que se avecinan. En pocos años hemos sufrido dos desdichas. Primero, el microbús C-5 que se estrelló contra la fachada del comercio de Zara en pleno puente festivo de diciembre de 2019. No se produjo una tragedia gracias a un verdadero milagro, pero sí se registraron nada menos que diez heridos, alguno de ellos todavía siente angustia al recordar el suceso. La segunda ocurrió esta semana cuando un camión arremetió contra la fachada y provocó destrozos en el azulejo de la Virgen de la Trinidad, como contó la compañera Paz Seco en este periódico.

El que no conozca la esquina maldita puede hacer la prueba cualquier tarde, cualquier fin de semana o el próximo diciembre, cuando acuda a los grandes almacenes para comprar en incómodos plazos, a ponerle una vela a San Judas Tadeo en el atrio de San Antonio Abad, a echar de menos la Escuela de Estudios Hispano-Americanos (que algún incauto no se creyó el persianazo con tal de no darnos la razón) al paso por la calle Alfonso XII, a comerse un serranito o simplemente camino de San Lorenzo. La del Duque con la Campana es una de las esquinas más incómodas y con mayor riesgo del centro de la ciudad, en contraste con la de la calle Miguel Mañara cuando se viene de subir por la calle San Gregorio. La de Mañara, que desemboca en la Plaza del Triunfo, puede figurar perfectamente entre las de mayor belleza. La gran apuesta de Urbanismo sería ampliar la zona de acera de esa esquina, hacerla más habitable, dicho sea en el lenguaje progresista. Pediremos a la collera formada por Juan de la Rosa y Fernando Vázquez que pongan a alguien a trabajar en el asunto. ¿No consiste en eso la política municipal? La lista de puntos malditos es extensa, que pregunten a los vecinos de las calles Águilas o Muñoz y Pabón. Cuidemos al peatón, es el más desprotegido y orillado. Como el nazareno en Semana Santa.

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