Otro resbalón en la Plaza Nueva

Son absurdos y reveladores los olvidos de períodos de la historia y de grandes hitos en la muestra gráfica sobre este enclave urbano

La maldición de la calle Cuna

¿Quién puso con éxito a Sevilla en alquiler?

La muestra de fotos que repasa la evolución de la Plaza Nueva.
La muestra de fotos que repasa la evolución de la Plaza Nueva. / M. G.

07 de octubre 2025 - 04:00

El Ayuntamiento ha montado junto al andén una exposición de fotografías que lleva por título Plaza Nueva, el centro de todo. Se trata de repasar la historia de un enclave de 170 años cuando se afronta la enésima reforma urbanística. Hay fotos preciosas de los fondos municipales y del archivo del genial y siempre recordado Jesús Martín Cartaya. El problema es el criterio en la selección de las imágenes, que ha obviado de forma absurda períodos de la historia y grandes acontecimientos. Está muy bien, por ejemplo, que recordemos las tertulias y los momentos de lectura que se organizaban gracias a la sillas plegables, la obra del Metro con la ausencia de la escultura ecuestre de San Fernando o la gran manifestación en favor de la autonomía andaluza. Pero llama la atención que se pasa de 1932 a 1950 sin una sola imagen del levantamiento del 18 de julio, cuando la Plaza Nueva fue un lugar absolutamente clave, lo que ha sido motivo de investigación por especialistas. Conocemos fotografías de aquellos tristes años sin necesidad de que se incurra en ninguna exaltación de absolutamente nada: desde las baterías de cañones hasta el izado de la bandera nacional. Pero en la muestra se ningunea un período fundamental en la plaza. La República, tan corta, sí merece dos instantáneas. Y es lógico que una de ellas sea la del izado de la bandera tricolor, que inspira, por cierto el comienzo de una de las grandes novelas de Burgos: Las cabañuelas de agosto. Hubiera sido extraño no reproducir esa foto, como lo es cancelar la Guerra Civil en el repaso a este enclave urbano.

El 92 no existe, pese a las visitas de altos mandatarios internacionales. Nadie se ha acordado tampoco de los grandes entierros. Pondremos solo un ejemplo:no hay nada del tristísimo día de la llegada de los féretros de Alberto y Ascensión, cuando la plaza quedó sumida en el silencio. Y las celebraciones futbolísticas no aparecen. Alguien ha hecho un churrete queriendo evitar problemas, temeroso tal vez de una mala interpretación. Con la exposición ocurre como el que visita el Palacio del Pardo y se marcha sin que el guía haya aludido a los cuarenta años que Franco residió allí. En el fondo nos tratan como a menores. Nos edulcoran las versiones, nos cancelan períodos. Ahora, justo ahora, recuerdo que el cardenal Amigo se despidió de la ciudad en la Plaza Nueva, con la Banda Municipal interpretando la Sevillana del Adiós. Ni una fotografía de quien gobernó casi 30 años la Iglesia de Sevilla. Está claro que en la Plaza Nueva se siguen produciendo resbalones, pese a la bujarda aplicada al pavimento. En el caso del ninguneo de 1932 al 1950 se confunde el rigor exigible con la exaltación indebida. Y en todo lo demás, tal vez sea mera ignorancia.

stats