El reto pendiente con los terrenos de la Feria

El gran objetivo sería hallar la fórmula para aprovechar parte del suelo durante el resto del año

El plan de ampliación es inviable para el Estado

La verdad de las jacarandas de Sevilla

El rótulo de la calle Costillares, donde se plantea la ampliación de la Feria.
El rótulo de la calle Costillares, donde se plantea la ampliación de la Feria. / M. G.

26 de mayo 2025 - 04:01

El gran sonajero ha sido durante los últimos años la duración oficial de la fiesta. Perdemos como nadie el tiempo en la defensa numantina de posiciones absurdas. Se nos van las energías por el desagüe de las tardes libres. O quizás sea nuestra particular forma de concebir el estado del bienestar. Hay hechos probados, palmarios y notorios que nos encanta negar. Somos así. Puede ser una demostración de ingenio, una capacidad de adaptación que ya quisiera en otras latitudes. Por ejemplo, si hace mucho calor, somos capaces de exaltar las altas temperaturas, transformarlas en un valor añadido con solo una finta verbal, una hipérbole o un simple chascarrillo. Y a otra cosa. Ahora todavía andan algunos con lo de Roma. Como si fuera una cuestión personal. Y mientras los grandes asuntos se apilan en la mesa de algún despacho o sencillamente no los sabemos valorar. Otro ejemplo. ¿La ampliación de la Feria? El gran reto de la ciudad no es poner 220 casetas más, sino elaborar un plan de aprovechamiento de los terrenos durante el resto del año. ¡Eso sería valentía política, iniciativa institucional e imaginación! Y hasta ahora pocos alcaldes se han atrevido, más allá de habilitar dos calles para aparcamientos. Sabemos que el montaje y desmontaje de la Feria consumen más meses de los que imagina el personal, pero la imagen de miles y miles de metros cuadrados inutilizados en una zona de privilegio de la ciudad, en el contexto además de una crisis de vivienda, resulta cada día más insostenible. ¿De verdad que no hay un plan para sacarle partido al menos unos meses a este enorme trozo de ciudad que, además, está bien comunicado? Un párking bien organizado, los denominados 'eventos', ferias de otro tipo, usos deportivos mediante estructuras reversibles... No siempre vendrá un Papa (9182 y 1993), ni recuperamos la Feria de San Miguel (poco duró).

Se trata de una de las grandes asignaturas pendientes de Sevilla, no abordada en serio porque somos una ciudad especialista en indolencia. La ampliación no es necesaria, mucho menos cuando todos vemos casetas despobladas durante los últimos días de la fiesta tanto con el formato largo como con el corto. La ciudad si ganaría con el aprovechamiento del suelo para otros fines de interés social. ¿No acoge la Plaza de Toros conciertos, grandes actos sociales (con carpa provisional incluida) y exhibiciones? Y nunca olviden que se trata de un Bien de Interés Cultural. No hay obstáculos si se tienen voluntad y criterio. Hagan un concurso de ideas, busquen un arquitecto que ofrezca la forma de usar los terrenos al mismo tiempo que se efectúa el proceso de montaje y desmontaje. Se trata de muchísimo espacio inutilizado. La ampliación, tal como está planteada, tiene demasiados obstáculos. No nos distraigamos con más sonajeros, vayamos a lo sustancial. Además, esa orilla del río se refuerza justo ahora con dos grandes proyectos: Jardín de las Cigarreras y el del suelo de Altadis. Seamos ambiciosos. O, al menos, no nos dispersemos con los debates de palillo en la comisura y codo en la barra.

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