Gonzalo Martín

Presidente de la Intercomunidad De puente a puente

Me voy del barrio

Tuve la suerte de que, después de mis veinte años docentes en La Algaba, un barrio nuevo, nacido en la Puerta de la Carne, me acogiera. Los pisos eran nuevos. Varios arriates clamaban por plantas que poco a poco fuimos consiguiendo.

Calles peatonales enriquecían la convivencia y ello dio paso a formar una intercomunidad, De puente a puente, que acoge a más de cuatrocientas familias con el lema de que nuestra casa empieza en el barrio. Un jardinero, Gonzalo, lo cuida, mima y sueña con él. Es imprescindible: siembra, poda, pinta, limpia, baldea y atiende como madre a sus vecinos. Todos le alaban y buscan. En su día se reconoció su labor, entregándosele una placa por parte del entonces alcalde, don Juan Ignacio Zoido. Otras placas en cerámica y como premio al barrio rodean la placita Luis Chamizo.

Pero hoy el barrio está triste, enfadado. La movida y varios mendigos han roto nuestra convivencia. Los soportales de la calle Ignacio Contreras y los coquetos bancos de cerámica de la placita del poeta aparecen cada mañana sucios y con frecuencia con restos fecales que sin escrúpulos dejan en cualquier sitio. Y, para colmo, la odiada botellona volvió a encontrar aquí su mejor enclave. Jóvenes, con acento especial los fines de semana, no nos dejan tranquilos. Los vecinos que rodean estos espacios claman, piden socorro, no son atendidos… y se quieren ir del barrio. Mayores y enfermos ya no soportan más.

Me piden que se retiren los bancos, que pongamos vigilantes, y eso, a los que por vocación dimos parte de nuestra vida, nos duele y enoja. En aras de parar este desorden, volvemos a pedir ayuda para así parar este desánimo que, por culpa de insensatos, tienen familias jubiladas y muchas veces enfermas que sólo piden el derecho sagrado de poder descansar. 

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