Las clarisas de Carmona recuperan un valioso Crucificado del siglo XVI

Patrimonio

Ha sido posible gracias al convenio entre las religiosas y el Ayuntamiento de la ciudad

La restauración ha descubierto que los clavos son de plata

Los ayuntamientos podrá solicitar una subvención de 10 millones para impulsar el turismo sostenible

El Cristo del Calvario, junto a la comunidad de clarisas, el restaurador Darío Ojeda y el concejal Ramón Gavira. / Redacción Sevilla
Alberto G. Bellido

05 de agosto 2025 - 06:15

El restaurador y conservador sevillano Darío Ojeda Cordero ha entregado a la comunidad de clarisas de Carmona la talla de un Crucificado tardo-medieval sobre el que ha estado trabajando diez meses, gracias a una subvención del Ayuntamiento de dicha localidad. En el acto de entrega impartió, asimismo, una conferencia en la que detalló el proceso de reparación de la imagen.

El Crucificado, de tamaño natural y con la advocación del Calvario, muy probablemente pertenece a la segunda mitad del siglo XV o principios del XVI, una época muy próxima a la de la fundación del monasterio en 1460. Los trabajos de restauración se iniciaron en septiembre del pasado año, y, en líneas generales, han consistido en afianzar, limpiar y reintegrar las muchas zonas deterioradas; se ha recuperado en gran parte la policromía dorada original del sudario, y se le ha añadido una nueva y desmontable corona de espinas, confeccionada con sogas encoladas, con el objetivo de aproximar la apariencia del Crucificado a su fisonomía original.

En una restauración artística no son infrecuentes las novedades y las sorpresas, y en ésta, Darío Ojeda confiesa que –aparte de descubrir que la imagen fue policromada hasta en tres ocasiones– el hallazgo que más ha atraído su curiosidad fue advertir que los clavos que la fijan a la cruz son de plata, “circunstancia que prueba la mucha devoción e importancia que las monjas le han dado desde siempre a este Cristo del Calvario”.

Una talla anónima

La autoría de la talla es todavía anónima, pero, en opinión del restaurador, las investigaciones en archivos del historiador Alejandro Román López, adscrito al Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla (US), “quizá ofrezcan en un futuro muy cercano reveladores datos sobre esta incógnita”.

Aspecto del Cristo del Calvario, aún sin clavar en la cruz, tras la restauración. / Redacción Sevilla

El Cristo regresará a la iglesia conventual cuando acaben otras labores de restauración en el retablo que lo alberga y en las figuras que lo acompañan, una Virgen dolorosa y un San Juan, de fechas muy posteriores, todos barrocos.

La rehabilitación de la imagen ha sido posible gracias a un convenio de colaboración entre el Ayuntamiento de Carmona y la comunidad de monjas, en virtud del cual las religiosas destinan una parte de la clausura a usos museísticos y culturalesa cambio de disfrutar de subvenciones anuales dirigidas a conservar el patrimonio artístico que custodian. Con anterioridad a este Crucificado, el patrocinio económico del Ayuntamiento ya salvó hace dos años de la ruina y quizá de su desaparición un óleo de grandes dimensiones que representa una Inmaculada manierista, al estilo de Francisco Pacheco, y que hoy cuelga del presbiterio de la iglesia.

12 monjas keniatas y una española

Esta fórmula de colaboración Ayuntamiento-Convento, a juicio del concejal Ramón Gavira Gordón, delegado de Cultura, Turismo y Patrimonio Histórico, “funciona, ya que permite recuperar y mantener el rico patrimonio monumental y artístico de la ciudad, y, asimismo, facilitar el acceso público a espacios privilegiados”. Hace diez meses, en la presentación del proyecto de restauración, ya culminado, el propio alcalde Juan Ávila afirmó que “esta restauración forma parte de nuestro interés y objetivo por recuperar el patrimonio artístico, patrimonial, arqueológico y sacro de Carmona”.

La abadesa de la comunidad de clarisas, por su parte, sor Felista Mwololo, confirma la voluntad de las 13 monjas actuales, todas de procedencia keniata excepto una española, de preservar el patrimonio heredado. Y así, entre los pasos venideros, anuncia que está el de optar a una ayuda a la restauración de arte sacro promovida por la Junta de Andalucía, a fin de rescatar un raro retablo-hornacina dieciochesco, con rasgos coloniales, que el convento conserva en el claustro, y en el que se representan a los tres arcángeles canónicos: Miguel, Rafael y Gabriel, junto a los no canónicos: Uriel, Sealtiel, Jeudiel y Barachiel. “Un caso extraño que ha provocado el interés de especialistas como Benito Navarrete y que merece salvarse y publicitarse”, explica la abadesa.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último