Betis - Bayer Leverkusen | Contracrónica

La madurez del Betis llega a Europa

Borja Iglesias saluda a los aficionados mientras se retira andando hacia el banquillo por la línea de banda.

Borja Iglesias saluda a los aficionados mientras se retira andando hacia el banquillo por la línea de banda. / Juan Carlos Muñoz

El Betis pudo ganar y perder y al final acabó empatando ante el Bayer Leverkusen en un sensacional encuentro de fútbol entre dos equipos muy verticales y ofensivos.

Resultado justo que deja todo abierto en el Grupo G, con los alemanes líderes empatados a puntos con los de Heliópolis (7), de cara a ese partido que puede ser trascendental, en el BayArena, para el desenlace definitivo en pos de esa primera plaza que daría el pase directo a los octavos de final sin tener que jugar un play off con un equipo de Champions.

El balón dictará sentencia, pero anoche en La Palmera Betis y Bayer Leverkusen firmaron un partido a la altura del sensacional ambiente que se vivió en las gradas del Benito Villamarín. El cuadro de Manuel Pellegrini compite hasta el final, lo da todo y eso lo agradece una hinchada heliopolitana que llevaba mucho tiempo esperando ver un equipo con el que se siente plenamente identificado. Un Betis ofensivo con muchos recursos que ayer estuvo a la altura de un rival con futbolistas de mucha calidad, de mucha velocidad y desborde, y ante el que rozó la victoria en un choque en el que el nombre propio de los anfitriones fue Claudio Bravo, salvador al inicio y al final con intervenciones de mucho mérito. Sobre todo, en la última acción del choque, con esa pie con el que desvió un disparo de Demirbay que iba al fondo de la red. Hubiera sido, sin duda, un duro castigo para un conjunto verdiblanco que tras equilibrar el partido en el tramo final de la primera parte mejoró con la entrada Álex Moreno y Lainez.

Otra vez, un nuevo aire para el Betis con los cambios de Pellegrini, el gran artífice de la transformación en cuanto a mentalidad que han sufrido los heliopolitanos desde su llegada la temporada pasada. Este Betis puede ganar, perder o empatar pero compite al máximo y de muy buena manera a nivel colectivo (otra cosa es el apartado individual, donde hay futbolistas importantes que buscan aún su mejor versión, como Canales), de ahí que dé gusto hoy en día ver jugar al equipo bético, sobre todo, por la cantidad de recursos ofensivos que tiene.

Y ese grado de ambición y exigencia inyectado por Pellegrini a este Betis hace que hasta el punto de anoche deje cierto amargor, pero una cuestión es apretar y ser ambicioso y otra es caer en la irrealidad. Por eso, el trabajo del Ingeniero y sus jugadores está siendo por ahora muy bueno. Con cosas, lógicas, que corregir, como se vio en los últimos diez minutos del partido (continuas llegadas del Bayer), pero con la ambición y la ilusión como bandera. Lo que viene siendo la máxima expresión de esa exigencia que tanto tiempo llevaba necesitando un Betis ha trasladado a Europa su madurez.

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