Betis-Villarreal | La crónica

El Betis se pide la Champions (1-0)

Los jugadores del Betis celebran el decisivo gol de Rodri al Villarreal.

Los jugadores del Betis celebran el decisivo gol de Rodri al Villarreal. / Antonio Pizarro

La visita del Villarreal iba a revelar si el Betis de Manuel Pellegrini crece para aspirar ya con rotundidad a esa cotizadísima y anhelada plaza de Liga de Campeones y la vibrante victoria verdiblanca sobre los amarillos gracias a un gol de Rodri vino a corroborar que sí, que el campeón de Copa ya está listo para pugnar esta temporada por llegar hasta donde moran las más grandes estrellas.

Tres triunfos de tres lleva el sólido cuadro heliopolitano en ese enorme salón recreativo que hoy es el Benito Villamarín. Y ningún gol en contra tras pasar por allí Elche, Osasuna y Villarreal. Sus 12 puntos de 15 posibles lo lleva a ser tercero, sólo por detrás de los dos colosos que parece que jugarán una Liga aparte. El bético se relame, y con razón, con lo que promete otra temporada de rabiosa ilusión.

Todos suman en este Betis. Todos se sienten con un rol útil. Cualquiera que viese el partido pudo comprobar que el central Luiz Felipe no sólo ha llegado para sumar, sino que ya muestra trazas de líder en la zaga. Imponente fue su partido al corte, en la anticipación, en la lectura de las maniobras de un enemigo preñado de creatividad en su línea de vanguardia.

Sí, todos van sumando. Y si en la primera parte, ante un equipo que llegaba crecido, aún invicto y sin recibir un gol, ni Rodri ni Luiz Henrique hicieron olvidar las ausencias de Fekir y Juanmi, tras el descanso, con los béticos más intensos y verticales, los dos jóvenes extremos decidieron la noche. Dibujó un envenenado centro el brasileño desde la derecha, con la rosca hacia dentro, en esa zona en que ni Rulli pudo salir, ni el último defensor de amarillo acudir al corte. Rodri, intuitivo cuando el brasileño armó la pierna, arrancó esa décima de segundo antes para llegar como fuera al balón. Alargó su pierna derecha, y a bote pronto, lo alojó en la jaula.

El partido llevaba entonces una hora de idas y venidas. El Betis tuvo muy claro desde el principio que debía acelerar el duelo, impedir que Parejo y Lo Celso se hicieran con la pelota e impusieran su ritmo. Algo tendría que ver que regaran con generosidad la hierba antes del partido y en el intermedio. Guido Rodríguez avanzó metros para hostigar a Parejo en la salida de balón e invitó a todos los de verde y blanco a apretar.

Así, con ese audaz planteamiento, Raúl Albiol arriesgó en un pase interior desde la corona del área a Lo Celso, que estaba de espaldas y no vio la irrupción de Sabaly, quien le robó la pelota y puso a Canales ante Rulli con su rápido servicio. El mago cántabro le metió el pie demasiado abajo a la pelota y se le marchó alta en una situación muy propicia. Y más para un jugador de su excelsa calidad.

Corría el minuto 10. Y Albiol aprendió rápido la lección: a la siguiente ocasión lanzó muy en largo a Jackson, que le ganó el forcejeo a Luiz Felipe en el corazón del área. Retrasó a Gerard Moreno, que chutó a puerta con Rui Silva vencido. Sabaly, de nuevo, estuvo en el sitio y cortó (13’).

Cuando el partido fue cuajando, se vio que el Betis, lógicamente, echaba de menos la omnipresencia, siempre aguda, de Fekir por todo lo ancho del terreno y las endiabladas diagonales de Juanmi desde el costado siniestro. Luiz Henrique perdió la pelota en sus primeras acciones y Pedraza, su oponente, se le subió a las barbas. Rodri, esta vez por la izquierda, tardó en aparecer, aunque lo hizo en un recorte que resolvió con un derechazo raso y centrado que atajó Rulli (33’).

El mando de Canales, mientras, se diluía en un juego colectivo al que le faltaba una marcha más. No había continuidad, al tiempo que se malograban un puñado de saques de esquina que el cántabro sacó siempre a la misma zona, pobladísima de cabezas.

En uno de esos saques de esquina a favor, el Betis se pudo meter en un lío, ya que el contragolpe veloz de Jackson derivó en un mano a mano de Lo Celso con Rui Silva. El luso salió rápido para tapar ángulo y lo logró (22’). Los verdiblancos acusaron la sacudida, y tres minutos después, Gerard metió el cuerpo ante Pezzella en un pase picado de Capoue y estrelló el balón en el lateral de la red.

Aún le regaló Pezzella otra gran ocasión a Jackson al dejar muerto el balón en un despeje fallido cuando era el último hombre. Ahí apareció providencial Luiz Felipe para meter la pierna cuando el delantero chutó (44’).

Pellegrini supo en el intermedio que había que cortar esa dinámica y pidió un paso adelante a los suyos, más intensos y juntos entonces. Álex Moreno, imperial en defensa pero discontinuo arriba, apareció más. Y Borja pudo poner el 1-0 en un zurdazo violento que se le fue por poco (57’).

El partido se había volcado hacia el área de Rulli y Rodri hizo bueno ese acoso con su gol en el 61. Luiz Henrique falló ante Rulli el 2-0 dos minutos después. Ya sin el lesionado Gerard Moreno, el peligro del Villarreal lo monopolizó Chukwueze, relevo de un negado Yeremi Pino. Pero el Betis volvió a tirar de pragmatismo y manejo, como la noche ante Osasuna, y concedió muy poco. Apenas un cabezazo alto de Pau Torres en una falta que botó Parejo desde la izquierda (66’). El resto fue un ejercicio de compromiso y sabiduría sobre la hierba. Todos suman en ella para que el Betis sume, sume y sume en la tabla.

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