Betis - Mallorca

Crónica | El Betis goza de la felicidad de los ganadores (2-0)

  • Los verdiblancos se adelantaron muy pronto al Mallorca en una gran acción de Isco, Miranda y Willian José, el goleador final

  • La segunda tarjeta de Mascarell benefició esta vez a los locales, pero entonces ya tenían encarrilado el triunfo e incluso la fiesta final contra la reaparición de Fekir ocho meses después

  • Así le hemos contado el Betis-Mallorca

Todo el Betis celebra el gol de Ayoze con el beticisimo en estado de euforia total.

Todo el Betis celebra el gol de Ayoze con el beticisimo en estado de euforia total. / Antonio Pizarro

Cuarto triunfo consecutivo para el Betis, el segundo en la competición liguera, y la sensación de que el equipo de Manuel Pellegrini ha entrado, por fin, en esa dinámica ganadora tan necesaria para que todas las escuadras se sientan invulnerables a la hora de afrontar cualquier tipo de partidos. Cuando esto sucede, además, el aire comienza a soplar siempre de popa y empuja hacia las metas más altas. Incluso las decisiones arbitrales también ayudan, como sucedió en esta ocasión con la segunda tarjeta amarilla que vio Omar Mascarell tras recibir un pisotón de Marc Roca al filo del descanso.

Pero el fútbol es así, unos días te quitan y otros igualmente te dan. El Betis se vio beneficiado por esa decisión de Ortiz Arias, entre otras cosas porque al ser una segunda tarjeta amarilla tampoco podía ser refutada por el ayudante en la sala VOR. Pero vaya por delante que entonces el resultado, concretamente desde bien prontito, desde el minuto 7, ya era favorable al Betis por un gol a cero.

Así que conviene contextualizar todo y quedarse con la calidad de ese tanto que sirvió para que los béticos abrieran tan pronto el marcador ante un rival que llegó con la idea de plantear un pulso en lo más alto. Pero Isco volvió a demostrar que está en estado de inspiración casi divina y convirtió una jugada normal, una más, en un pase excelente para la llegada de Miranda por la banda izquierda. El lateral tuvo también clarividencia y su cuota de mérito, igual que Willian José, que supo interpretar perfectamente la acción para amagar con ir al centro y dirigirse con presteza al primer palo. El engaño al central le sirvió para rematar con precisión y calidad.

Corría el minuto 7 y ya había comenzado a resolver este Betis ganador una cita que encerraba complicaciones y más aún cuando dentro del primer minuto, sin llegar siquiera a los 30 segundos, ya había visto la primera tarjeta amarilla el central Pezzella en un salto con Muriqi. Con esa circunstancia, la tarde podía amenazar como el cielo, con tormenta, pero ni una cosa ni la otra. El partido se salvó meteorológicamente hablando, salvo en el tramo final, y el cuadro de Pellegrini demostraba que está en una fase de crecimiento futbolístico más que evidente.

Isco supera a Omar Mascarell en el centro del campo. Isco supera a Omar Mascarell en el centro del campo.

Isco supera a Omar Mascarell en el centro del campo. / Antonio Pizarro

El entrenador chileno había apostado por un once muy reconocible a la espera de la irrupción de Fekir tras su recuperación después de ocho meses de calvario. Claudio Bravo era el titular en la rotación de los guardametas; en los laterales Bellerín y Miranda acompañaban a los ya perennes Pezzella y Chadi Riad; Guido Rodríguez y Marc Roca, como siempre, formaban una pareja muy sólida en el eje para que Isco se dedicara a la creación con Assane Diao y Ayoze en cada uno de los costados; mientras que Willian José se encargaba de corroborar el idilio que mantiene de nuevo con el gol.

Era un once bastante previsible en los últimos tiempos para el chileno y con esos elementos el Betis demostraría su superioridad desde el principio con ese gol que le debía allanar el camino hacia el triunfo. Pero quedaban muchos minutos por delante cuando marcó Willian José y restaban por vivir muchas circunstancias, demasiadas incluso.

Fueron minutos de control, de diversión, de interconexión con una grada que lógicamente disfrutaba con los suyos, sobre todo cuando llegan virguerías como un intento de gol por arriba de Rajkovic después de una recuperación en el centro del campo (15’). También en el minuto 36 dejaría otro detalle para el recuerdo previa a un remate lejano de Marc Roca. El Betis buscaba el segundo y las dos opciones más claras le llegarían a través de Ayoze (17’ y 28’). Particularmente clara fue la que se produjo tras una dejada de Willian José en un saque de banda. Fútbol moderno y eficaz, sin duda.

Fekir sale a calentar en el Benito Villamarín después de ocho meses. Fekir sale a calentar en el Benito Villamarín después de ocho meses.

Fekir sale a calentar en el Benito Villamarín después de ocho meses.

Pero el Mallorca no es un hueso fácil de roer, necesita muy poco para coquetear con el gol en algunas ocasiones. A la media hora le bastó con una falta en el mediocampo bético. Un centro preciso y un remate de Muriqi imposible para Claudio Bravo. Afortunadamente para el Betis, el auxiliar de Ortiz Arias vio fuera de juego del kosovar y las famosas líneas del VAR se encargaron de corroborar esa primera apreciación humana.

El Betis sí supo entender la lección y no dio ni el más mínimo paso atrás. Apretó aún más en busca del segundo y ya tuvo alguna oportunidad clara, particularmente una de cabeza de Assane Diao tras varios intentos de remate previos (37’). Incluso una posterior de Pezzella tras una buena acción de Ayoze (38’).

En ello andaban los verdiblancos cuando llegó la acción más polémica del día. Esa segunda tarjeta amarilla mostrada a Mascarell que tan mal siente cuando se padece el castigo. El Betis se vio beneficiado esta vez, mejor así para todos los que sienten la fe balompédica verdiblanca. Y Isco y compañía se iban a encargar de pisar el acelerador desde el primer minuto de la reanudación para que nada se complicara.

En la primera jugada ya llegó con peligro Bellerín, después Rajkovic salvó una falta cerrada de Isco para negarle con posterioridad el gol Larin a Assane Diao (57’). El cuadro de Pellegrini estaba rozando el gol hasta que Ayoze se encargó de materializarlo con un remate perfecto en un balón que se había quedado sin dueño tras el enésimo pase de Isco a la zona de peligro.

Restaba aún una última fiesta, la de ver a todo el Benito Villamarín en estado de éxtasis absoluto cuando Nabil Fekir ocupaba el sitio de Isco en el minuto 89. El beticismo tenía razón para disfrutar a lo grande, uno de sus ídolos volvía después de mucho tiempo, reemplazaba al nuevo icono, además, y todo era felicidad. El Betis ha entrado en una dinámica ganadora perfecta y el calendario liguero indica para la próxima semana una visita al Ramón Sánchez-Pizjuán. Casi nada.

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