Manuel Pellegrini no resuelve el juego del Betis sin la pelota

Cuesta recordar un Betis tan desmañado a la hora de conservar un resultado a favor. No hay manera. Ante el Vitoria le pasó dos veces. La misma facilidad que tienen los verdiblancos para crear fútbol en la zona de tres cuartos es la que tienen los rivales para batir sus líneas, que en el repliegue no se suelen juntar lo suficiente para cortar los pasillos al enemigo. Y los lusos se mostraron con mucha capacidad asociativa de la mano de Händel y de Tiago Silva. Sigue sin haber equilibrio entre el Betis con la pelota y el Betis sin ella.

Defensa

Le sorprendió al Betis el nivel del Vitoria con la pelota y su atrevimiento. El equipo de Guimaraes sacó el balón jugado desde atrás con mucha finura y sentido y en varias ocasiones, incluso, sorprendieron al bajar algún jugador a servir de pantalla para triangular, salvar la primera línea de presión verdiblanca y crear superioridad en el mediocampo bético, pero ahí los lusos evidenciaron su inocencia en el remate. Entre marchas en el mercado de invierno y la baja de su delantero titular, Gustavo Silva, los de negro amagaron con el juego entre líneas de Saraiva (dejó al lateral Hevertton Santos solo ante Vieites y el brasileño chutó fuera en el minuto 37 con todo a favor) y la habilidad de Embaló por la derecha ante Perraud, pero en el área se diluía todo.

En el primer gol del Vitoria, Saraiva dispone de todo el tiempo y el espacio para armar el disparo. Y en el segundo, el Betis concede con demasiada pasividad el centro desde el costado y Natan se deja ganar la ventaja por el tosco Nélson Oliveira.

Ataque

En la primera parte, el Betis no tuvo continuidad en un factor clave para hacerse fuerte y desequilibrar los partidos: trasladar la pelota a los extremos para que Antony y Jesús Rodríguez encararan y ganaran la línea de fondo o se metieran en diagonales para buscar a Bakambu o Isco.

Los verdiblancos supieron verlo a tiempo y tanto Aitor Ruibal como Perraud se proyectaron mucho más tras el intermedio. Fue decisivo que Isco se hizo el dueño de la pelota y supo afilar cada jugada con su calidad excelsa. Ejemplo, su arrancada y su pase que originó el 1-0, en el que luego intervino de nuevo con su cabezazo.

Cuando el Vitoria se fue cansando y ya perdió salida, el Betis dio un giro de tuerca más en su dominio y acoso. De hecho, parecía que con el 2-1 de Isco, tras una gran incursión de Ruibal desde la derecha, todo estaba dispuesto para un tercer gol que aclarara muchísimo el pase a cuartos de final, pero llegó ese nuevo fallo atrás que dejó seco al Betis y a su afición. Abde y Chimy no fueron revulsivos esta vez.

Virtudes

Tener a Isco en forma multiplica las opciones ofensivas.

Talón de Aquiles

Se consume la temporada y el Betis sigue sin ser un equipo competitivo y sólido sin la pelota.