"No tiene nada que ver tener dislexia con no alcanzar un éxito académico" explica la vicepresidenta de la Asociación Andaluza de Dislexia
Se suele confundir con una capacidad intelectual baja y con el poco esfuerzo en la etapa escolar
Características de las personas con dislexia que nos permiten identificarlas y evitar errores en su diagnóstico
La dislexia sigue siendo un reto dentro y fuera de las aulas. Aunque no se cuentan con cifras exactas es cierto que la padecen entre un 5 y un 10% de la población. Todos ellos no están diagnosticados porque directamente no saben que tienen ese trastorno cada vez más visible. Igualmente, el camino es largo y se necesita mayor colaboración por parte de las administraciones para que no se vean como hechos aislados y tenga mayor reconocimiento.
La dislexia se suele confundir dentro del colegio como una capacidad intelectual más baja o, simplemente, achacan al niño o la niña con que no se esfuerzan lo suficiente. Sin embargo, se trata de un problema neurológico y se confunde lo que es no querer con no poder.
La vicepresidenta de la Asociación Andaluza de Dislexia confirma que es un problema porque “cuando durante mucho tiempo te consideran que no eres válido o que eres un vago, al final lo acabas siendo, es que al final te lo acabas creyendo. Cuando todo tu entorno te invita a pensar o que eres tonto o que eres vago, al final la autoestima acaba por los suelos y un problema que no tendría que ser, no tendría que tener más trascendencia, se acaba convirtiendo en un drama vital. Estamos hablando de niños con depresión, con problemas de autoestima y que somatizan un montón de dificultades para ir al colegio”.
De hecho, muchos de estos niños se ven obligados a dejar los estudios porque se desmotivan, ya que no pueden seguir el ritmo habitual de las clases. En estudios recientes, según explica Rosa María Satorras, se han hecho investigaciones sobre la prevalencia de la dislexia y el TDAH en las cárceles, puesto que existen muchas personas con estos trastornos dentro.
Desde la Administración se está haciendo un gran esfuerzo, pero en la actualidad, los cursos que están a disposición del profesorado en los colegios no son obligatorios, sino voluntarios. Por lo tanto, todos no cuentan con la formación necesaria para detectar los casos.
Además, también es muy diferente la formación que se recibe en un centro público que la que se oferta en uno privado. Desde el equipo de orientación, sí que cuentan con una mejor formación y se dan unas pautas que deben seguir los profesores. Así, evaluando la situación optarán por las mejores soluciones.
Cómo se pueden identificar a las personas con dislexia
“Es sumamente fácil y sumamente complejo”, aclara Rosa María Satorras. Para ello, principalmente, se debe observar que el niño o la niña se esfuerza, que su capacidad intelectual es adecuada y sus resultados son malos. Igualmente, puede ser dislexia u otro trastorno. A partir de ahí, sí que se tendría que entrar en un diagnóstico diferencial.
A diferencia de existir niveles, cada persona es diferente y cuenta con un tipo de afectaciones u otras. En concreto, las zonas que tienen afectadas, aunque todas tienen la lectoescritura. Sin embargo, a algunas se les reflejan más en la escritura, en la sintaxis o, incluso, en la coordinación.
En primaria, muchos de los niños y niñas logran tapar la dislexia porque aunque no tienen una gran velocidad lectora es cierto que, comprenden el texto perfectamente. Sin embargo, los que tienen una capacidad intelectual normativa no llegarán a hacer esa deducción.
El papel de los padres en la dislexia
“El hecho de que, por ejemplo, los padres y las madres puedan dar soporte a estos niños, desde la capacidad académica o el tiempo que puedan tener las familias, hace mucho. Puede haber personas que estén muy afectadas, pero que con todo ese trabajo en casa lo puedan ir tirando para adelante”, concluye la vicepresidenta de la Asociación Andaluza de Dislexia.
La dislexia es una discapacidad, no se va a catalogar administrativamente como un 33%, pero afecta en cualquier ámbito y es para toda la vida. Es cierto que se va compensando, pero jamás desaparece por completo.
La mayoría de las personas con dislexia se desarrollan académicamente. “No tiene nada que ver el tenerla con el no alcanzar un éxito académico. Lo que sí que tiene que ver es con que tu éxito académico va a ser muchísimo más costoso que el de los demás. Tú vas a tener que esforzarte tres veces más que alguien en tus mismas circunstancias.
La dislexia fuera de las aulas
Este trastorno también afecta a otras actividades cotidianas fuera del colegio. “Aunque las afectaciones son distintas, muchos niños y niñas tienen dificultades para abrocharse los cordones, aunque lo terminarán haciendo”. Otras muchas también pueden encontrar dificultades para organizar la mochila o caminar por la calle porque van tropezando.
En la edad adulta, un ejemplo claro son las oposiciones o enfrentarse a un trabajo. “Sobre todo, en aquellos donde deben tener un nivel lingüístico adecuado para escribir correos electrónicos o para elaborar escritos. Necesitan herramientas externas para que aquello no sea un drama ortográfico”.
El papel de la Inteligencia Artificial en la dislexia
La Inteligencia Artificial ha recibido muchas críticas, pero para las personas con dislexia ha supuesto ser una herramienta muy valiosa. Por ejemplo, ayuda a que puedan hacer unos textos más legibles y correctos. De hecho, también corrigen desde faltas de puntuación hasta gramaticales. Sin duda, un trabajo que antes hacia otro adulto cercano a esta persona.
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