La relación de los niveles de progesterona y prolactina en la infertilidad

La relación de los niveles de progesterona y prolactina en la infertilidad
La relación de los niveles de progesterona y prolactina en la infertilidad
N.F

15 de febrero 2023 - 15:04

En los valores que se presentan en las analíticas, existen niveles que son importantes de revisar más allá del colesterol, el hierro o el azúcar. En el caso de las mujeres, a nivel hormonal, hormonal,es importante examinarlos ya que son fundamentales a la hora de la gestación o de la regularidad de los ciclos menstruales. En este sentido, muchas mujeres que presentan problemas en alguno de estos casos, se suelen encontrar con niveles alterados de progesterona y prolactina. Ambas cumplen una función fundamental y específica en la reproducción y, sobre todo en el caso de la prolactina, en lo que refiere a la fertilidad. Niveles altos de prolactina pueden inhibir la ovulación y provocar infertilidad. Asimismo la progesterona, como su propio nombre indica, favorece la gestación por lo que si sus niveles son insuficientes el embrión no consigue implantarse en el útero y se tiene un alto riesgo de aborto. Pero, ¿Cuáles son los niveles normales? y, ¿Cómo influye esto en lo que a la fertilidad se refiere?

PROGESTERONA

Es una sustancia natural, secretada en el ovario tras la ovulación y durante toda la segunda mitad del ciclo menstrual (Fase lútea). Por ello, la progesterona que secreta el cuerpo lúteo (o administrada exógenamente) tendrá la labor de que el endometrio proliferativo se convierta en secretor, para que pueda producirse la implantación embrionaria.

La secreción de esta hormona comienza cuando la niña llega a la pubertad, con el comienzo de los ciclos menstruales. Por eso la progesterona tiene un papel importante en el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios femeninos: glándulas mamarias, vello púbico, etc.

Para que se produzca un equilibrio de su secreción, pero lo que está claro es que altos niveles durante primera fase del ciclo, y bajos durante la segunda impedirán que se produzca un embarazo. Cabe destacar que, en caso de no estar embarazada, los niveles de progesterona van aumentando durante la segunda mitad del ciclo menstrual (lútea), justo después de la ovulación, y disminuyen hacia el final del ciclo menstrual (folicular).

Por tanto, cuando se inicia la fase folicular (preovulatoria), los niveles de estrógeno y progesterona son más bajos. Como consecuencia, se produce la descomposición y el desprendimiento de las capas superiores del revestimiento uterino (endometrio) y tiene lugar la menstruación.

Así, es en el inicio del ciclo, cuando los ovarios empiezan a segregar estrógenos y progesterona (por eso están más bajos). Mientras los estrógenos engrosan el endometrio, donde anidará el embrión en caso de concepción, la progesterona mantiene las paredes del útero intactas para albergarlo.

Para tener una referencia, los valores normales suelen ser:

  • Mujer embarazo 1r trimestre: 4-50 ng/mL
  • Mujer embarazo 2r trimestre:19-45 ng/mL
  • Mujer fase folicular: 0,3-1,5 ng/mL
  • Mujer fase luteal: 5-19 ng/mL
  • Posmenopausia: menos de 1 ng/mL
  • En el hombre: menos de 1 ng/mL o 3.18 nmol/L.

PROLACTINA

La prolactina es la hormona encargada de estimular la producción de leche en las glándulas mamarias y la síntesis de la misma progesterona. Sus niveles están estrechamente relacionado con la fertilidad, y cuando se encuentra en grandes cantidades en mujeres no embarazadas, se le denomina hiperprolactinemia.

La hiperprolactinemia es una causa bastante común de trastornos de la ovulación y del ciclo menstrual, y las causas de la hiperprolactinemia en mujeres no embarazadas son variadas y van desde efectos secundarios de varios medicamentos hasta problemas de tiroides.

También produce altos niveles de prolactina en la sangre, que bloquea la hormona luteinizante (LH), la hormona que estimula la ovulación. Por otro lado, los cambios en la secreción de prolactina inhabilitan el mecanismo de retroalimentación positiva del estradiol, una hormona que afecta a los receptores de estrógeno que también promueve la fertilidad.

En términos generales los niveles de prolactina deben estar en mujeres no embarazadas entre 5 y 20 ng/ml y en mujeres embarazadas van de 10 a 300 ng/ml. Valores de prolactina superiores a 30 ng/ml indican que hay un problema de hiperprolactinemia.

Aunque los niveles de prolactina elevados pueden ser transitorios, es decir, que suben en algunos periodos, si se mantienen permanentes pueden ser debido a otros problemas como:

  • Falta de sueño
  • Embarazo
  • Lactancia
  • Manipulación de la mama
  • Ejercicio excesivo
  • Psicofármacos
  • Estrógenos
  • Enfermedades del sistema endocrino: tiroiditis linfocítica, hipotiroidismo, síndrome de ovarios poliquísticos, esclerosis múltiple, lupus.
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