Los 118 días sin la Macarena: la Esperanza se reencuentra con Sevilla

La imagen regresa al culto tras la laboriosa intervención de Pedro Manzano

Fue retirada el 12 de agosto tras un histórico cabildo a finales de julio

La Macarena, repuesta al culto tras la intervención de Pedro Manzano. / Hermandad de la Macarena

Ha parecido toda una eternidad pero hasta la propia eternidad, a veces, culmina. Sevilla no olvidará jamás el 8 de diciembre de 2025. No solo porque se reencontró tras cuatro meses de larga y difícil ausencia con la Macarena; más bien porque significará el cierre definitivo de tantas y tantas heridas, el deseado colofón a una coyuntura inimaginable y, lo más importante, el inicio de la recuperación reputacional e institucional de una de las entidades más prestigiosas e históricas de la ciudad. Con el regreso de la Virgen de la Esperanza este lunes se cierra uno de los episodios más negros y nefastos en casi 430 años de historia.

Y es que nadie daba crédito a las primeras fotografías que circulaban por las redes sociales aquella mañana del 21 de junio. Una Esperanza Macarena irreconocible atribuida, en un principio, a la colocación de unas pestañas demasiado profusas que le variaban notablemente la mirada, tras la intervención del profesor Arquillo, quien también actuó sobre la Macarena en 1978 y en 2012; una actuación enmarcada en el plan de conservación de los titulares de la hermandad, y que igualmente se desarrolló en el Señor de la Sentencia y la Virgen del Rosario. El revuelo formado obligó a la junta de gobierno a cerrar la Basílica durante esa misma mañana antes de tiempo, para volver a intervenir a la imagen -sin permiso de los hermanos- y abrir el templo a media tarde, ya sin las pestañas, pero con un gesto distinto al habitual. Durante la noche del domingo se conoció que Sánchez Rosado colocó nuevas pestañas a la Virgen, y en esa jornada permaneció en veneración para que los frustrados devotos pudieran contemplar su rostro.

Tras aquella concatenación de sucesos inverosímiles -ya resarcidos- la junta de gobierno quedó gravemente señalada, pero reaccionó convocando un cabildo extraordinario y solicitando un informe pormenorizado al IAPH para exponer a los hermanos el estado real de la Virgen de la Esperanza. La corporación señaló el 29 de julio como la fecha para el citado cabildo, quizás el más multitudinario de la historia de las cofradías con casi dos mil hermanos hermanos distribuidos por la Basílica y por otras dependencias de la hermandad, tanto en el Museo como incluso el propio presbiterio del templo. En el transcurso del mismo, el IAPH señaló todas las afecciones que padecía la Virgen de la Esperanza: recrecimiento de párpados con pasta de madera, deficiencias estructurales (clavos y humedades) e incluso un posible ataque fúngico, que finalmente estaba inactivo. Sobre las tres de la mañana se conocía el resultado final de aquel cabildo: 998 votos a favor y 458 votos en contra. Estos últimos sostuvieron dicha decisión en que la junta de gobierno no estaba legitimada para acometer la restauración tras los sucesos de junio.

El 12 de agosto fue retirada del culto la Virgen de la Esperanza, que estuvo más de veinte días sometida a un tratamiento de anoxia, es decir, totalmente aislada de oxígeno para confirmar que ningún agente externo se mantuviera con vida en el interior de la madera. A partir de ahí, la corporación fue informando pormenorizadamente de cada fase de la restauración, desde la sanación integral hasta la reintegración cromática, la más delicada de todo el proceso. El pasado jueves Pedro Manzano anunció que la restauración llegaba a su fin, provocando en el barrio una auténtica revolución de felicidad y expectación. 118 días de espera -jamás estuvo tanto tiempo lejos de sus fiees- que hoy culminan, con la Macarena más radiante y espléndida que nunca.

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