El Palquillo

Los mejores momentos de la Madrugá en Sevilla

  • La jornada ha estado marcada por la normalidad y, como todos los años, deja hermosas estampas para el recuerdo.

La Macarena se reencuentra con los fieles. / Belén Vargas

Una Madrugá de esplendor y normalidad. Las seis hermandades han salido a su hora y han podido realizar sus estaciones de penitencia con tranquilidad ni grandes contratiempos. No ha habido incidentes reseñables.

Salida de Nuestro Padre Jesús Nazareno de El Silencio

La primera en inaugurar la jornada fue La Macarena. Puntual, a las 0:00, sacó su enorme cuerpo de nazarenos. El Señor de la Sentencia salió a la 1:40 y el palio no pisó la calle hasta pasadas las 2:00. Su discurrir por las calles es un auténtico derroche de emoción entre las miles de personas que están siempre dispuestas a reencontrarse con sus titulares.

El Gran Poder avanza por las calles de Sevilla. / Juan Carlos Vázquez

Por entonces ya estaban en la calle El Silencio con su habitual seriedad en su desfile y el Gran Poder, que enmudece al público con su imponente figura. Ambas avanzaron rápido y llegaron a sus templos sin retraso.

La espectacular salida del Cristo de las Tres Caídas. / Víctor Rodríguez

Triana se volcó un año más con la Esperanza. A la espectacularidad de su paso de misterio se le une el fervor de los vecinos con su virgen. Vítores, saetas y petaladas. La calle Pureza es una fiesta mientras su hermandad se retira al centro en dirección al Puente de Triana. Pero el lucimiento no termina ahí. Ésta es una cofradía con muchos momentos llamativos a lo largo del trayecto.

La Esperanza de Triana llena de fe su barrio. / Víctor Rodríguez

Las más tardías, como todos los años, son el Calvario y Los Gitanos. La hermandad de la Magdalena es la que pasa más desapercibida pese a la estupenda factura de sus titulares. Es la otra cofradía seria de la jornada.

El Calvario llena de luto la Magdalena. / Juan Carlos Vázquez

La gran novedad de los Gitanos ha sido la túnica bordada del Señor de la Salud. La hermandad también arrastra mucha devoción y siempre está arropada por gran cantidad de devotos.

El Cristo de los Gitanos inicia su camino a la Catedral. / Joaquín Corchero

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