La Bocamanga

Magna Procesión Mariana

La Divina Pastora de Santa Marina.

La Divina Pastora de Santa Marina. / PABLO LASTRUCCI

Contemplo en estos últimos días algunos artículos pidiendo o apoyando la celebración de una Magna Procesión Mariana en Sevilla con motivo del 775 aniversario de la reinstauración del culto católico en la ciudad y no puedo más que apoyar la iniciativa. Y lo hago por convencimiento devocional mariano y en el conocimiento de la legitimidad histórica para que se celebre. Es verdad que tras la pandemia estamos viviendo muchas procesiones magnas de todo tipo y bastantes extraordinarias con distinta motivación y justificación pero ello no debe influirnos a la hora de valorar la idoneidad de celebrar la que vienen a llamar Magna Mariana.

Tras unos días de reflexión he sometido al filtro socrático la cuestión. ¿Es cierto el motivo? Acreditado ha sido por historiadores expertos en la materia, dos de ellos sin ir más lejos en este mismo periódico, el catedrático Manuel García Fernández y el padre prior del Santo Ángel fray Juan Dobado ¿Es bueno? Sin duda la expresión de devoción mariana de una procesión así contenta a gran parte de los ciudadanos sevillanos que tienen dicha devoción como uno de sus referentes vitales no solo desde un punto de vista religioso sino antropológicamente folclórico y etnológico ¿Va a servir de algo? Tras estos años pasados de sufrimientos y padecimientos pandémicos y experiencias de muerte tan cercanas el ser humano necesita conectarse con su yo trascendente en el que el hecho religioso se manifiesta y que, fruto de la fe, encuentra en las devociones un cauce de expresión infinito.

La Mariana ciudad de Sevilla no puede desperdiciar la oportunidad de justificar con orgullo la concesión de ese título de reciente antigüedad pero histórico merecimiento. La Virgen María en sus distintas advocaciones ha estado siempre presente a lo largo de siglos en la historia de la ciudad y son las de gloria las más antiguas de todas y, por ello, las que deberían figurar en el cortejo de la Magna Procesión que la hermandad de la Divina Pastora de Santa Marina ha propuesto al arzobispo. Permítanme los impulsores un ruego, no olviden a una única advocación dolorosa para componer el cortejo si se celebrara, la de la Virgen del Refugio de la Hermandad de San Bernardo por haber sido la que consiguió para Sevilla el título de Mariana, aunque tenga que procesionar sin palio. Ave María Purísima.

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