Amargura= San Juan de la Palma (tres siglos después)

Decir hoy Amargura en Sevilla es decir San Juan de la Palma. Nadie lo duda. Por eso cerramos este fin de semana un Tercer Centenario de la Hermandad de la Amargura en nuestra sede parroquial que quedará en la memoria de hermanos y devotos.

Hace apenas un año empezábamos con una procesión eucarística extraordinaria y una potente exposición posterior sanjuanista en Fundación Cajasol, NON SURREXIT, de feliz recuerdo. Y acabamos a las plantas de la Virgen. En la tarde de este viernes 30, con un vía lucis extraordinario por una de las más céntricas feligresías de Sevilla, que culminará será su traslado al Convento de Madre Angelita, donde ventidós años después la Santísima Virgen volverá a pasar la noche. Con sus Hermanas de la Cruz; sumándonos así al año jubilar que celebran quienes son nuestras hermanas honorarias.

Cumplir tres siglos continuados en una misma sede parroquial es un hecho histórico en Sevilla. Por ello el proyecto pastoral que desde el comienzo impulsó nuestro arzobispo puede contar hoy felizmente unos frutos para la posteridad: casi cien hermanos voluntarios en comedores sociales, economatos, atención al visitante de nuestro templo, así como de catequistas de prematrimoniales y de confirmación… Particularmente éstos son muestra de la sinergia tan necesaria entre parroquias y hermandades en la Iglesia diocesana.

Con la presencia de Don José Ángel y en San Pedro, el sábado 31, día de la Visitación de Nuestra Señora, celebraremos solemne pontifical de acción de gracias por estos tres siglos. Y en la noche volverá la Santísima Virgen a nuestra casa, donde llegamos desde San Julián en 1724, haciéndolo en un procesión triunfal que será manifestación autentica de fe, en la que todo sevillano está invitado a participar.

Pondrá el colofón del domingo, en una hermandad esencialmente sacramental y mariana, la celebración de un besamanos extraordinario con una disposición muy especial: en el centro de San Juan de la Palma, significando de algún modo que la Amargura es el centro de nuestra historia y de nuestra vida.