De la cultura líquida al ateísmo líquido

El libro con las actas del Congreso de Hermandades debería estar en todas las hermandades y ser de obligada lectura y comentario por, al menos, las juntas de gobierno

Hermandades 'cool'

La Virgen de los Reyes en la Procesión Magna.
La Virgen de los Reyes en la Procesión Magna. / José Ángel García

29 de octubre 2025 - 10:17

Dentro de poco se cumplirá un año de la celebración del II Congreso de Hermandades y Religiosidad Popular. Si cualquier televisión local saliera a la calle a preguntar qué recuerdo guarda de ese congreso es muy probable que la gran mayoría dijera la magna que lo cerró; lo más vistoso y lo que mayor impresión pudo dejar en los sentidos y los sentimientos. Hace unas semanas se ha presentado el Libro con las Actas del Congreso, que recoge las nueve ponencias presentadas y la transcripción de las tres mesas redondas. Me da la sensación de que este acontecimiento ha pasado mucho más desapercibido, y si en esa encuesta callejera se incluyera una pregunta relacionada con ese libro, las respuestas serían desoladoras; sin embargo el libro que recoge las Actas de ese Congreso debería estar en todas las hermandades y ser de obligada lectura y comentario por, al menos, las juntas de gobierno de cada una. Un libro para leer, subrayar, estudiar, asimilar e incorporar a la praxis de la hermandad.

Las ponencias, en su conjunto, conforman un tratado de religiosidad popular desde la perspectiva de la teología, la liturgia, la oración, la educación, la caridad (explicada por las Hermanas de la Cruz) y también como manual para la inculturación de la fe, más allá del racionalismo y la superstición.

"Una fe que no se convierte en cultura es una fe que no ha sido plenamente acogida, ni enteramente pensada, ni fielmente vivida" (16.01.1982), explicaba San Juan Pablo II.

Años más tarde, en su discurso desde El Rocío, exhortaba a todos, rocieros o no, a que "ahondando en los fundamentos de esta devoción, seáis capaces de dar a estas raíces de fe su plenitud evangélica; esto es, que descubráis las razones profundas de la presencia de María en vuestras vidas como modelo en el peregrinar de la fe". (14.06.1993)

Esas palabras no tienen nada que ver con la afirmación torticera que algunos quieren extender de que la verdad de la fe debe interpretarse “de manera diferente según los lugares, las culturas y los pueblos”. Es como si pensaran: que la Iglesia diga lo que quiera, que yo lo interpretaré según “mi perspectiva cultural”, lo que no es más que una manifestación sutil de la dictadura del relativismo tan denunciada Benedicto XVI.

El fantasma de la modernidad líquida, de la que tanto se habla ahora, consiste, como explica Bauman, en no estar comprometido con nada para siempre. Hay que estar dispuesto a cambiar los criterios, la mentalidad, en definitiva la cultura, en función de las corrientes sociales, adaptarse continuamente a ellas como los líquidos al recipiente que los contiene.

Cuando se admite este planteamiento y se traslada a la religión, se adopta un cristianismo adaptado en cada momento a las opiniones de moda, una fe líquida insertada en una cultura igual de fluida. Ésa podría ser hoy la tentación para algunas hermandades, la desfiguración de la religiosidad popular, que termina no el ateísmo intelectual, que resulta impensable en una hermandad, sino en esa otra condición sutil y peligrosa del espíritu: el ateísmo líquido.

Como siempre ocurre en estos casos la línea divisoria es muy tenue, pero hay un principio claro que puede resaltarla: las hermandades no están para defender nuestra cultura, sino la unidad de la fe en nuestra cultura.

A veces preocupa a las hermandades salirse de lo políticamente correcto, ya sea en la sociedad o en el mundo cofrade. Esa es la peor opción, el miedo a entrar en contradicción con el entorno. A propósito de esto Benedicto XVI aclaró que: "En nuestro tiempo la Iglesia sigue siendo un 'signo de contradicción' (Lc2,34)" (22.12.2005).

Volvemos al principio, al Libro de Actas del II Congreso de Hermandades y Piedad Popular, ese que debe estar presente en todas las hermandades de penitencia, gloria, sacramentales o del Rocío. Además hay que leerlo, estudiarlo y, hacerlo llegar a los hermanos en la forma que cada hermandad estime oportuno.

stats