Pedro Manzano, aplaudido por los sevillanos en el atrio: "Hay Macarena para muchos años"
El restaurador asegura que la sagrada imagen está estable, aunque requiere revisiones anuales
Reconoce que una de las zonas "más sensibles" en este tipo de intervenciones son las pestañas
Así vuelve la Esperanza Macarena tras la restauración de Pedro Manzano
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Aplausos a Pedro Manzano en el atrio de la basílica. El restaurador de la Virgen de la Esperanza ha recibido el elogio de los macarenos que aguardan a ver a la dolorosa. Un reconocimiento al trabajo realizado estos cuatro meses y que ha devuelto a la sagrada imagen el aspecto anterior a la fallida intervención de Francisco Arquillo el pasado junio, la cual originó una de las mayores crisis sufrida por la hermandad.
Reacio a acaparar focos mediáticos, Manzano ha atendido a los medios de comunicación cuando aún resonaban los aplausos en el atrio. "Quiero pasar a un segundo plano. La protagonista es la Virgen", ha señalado a los periodistas, tras admitir que siente una "inmensa satisfacción" al comprobar que "los devotos reconocen a la imagen a la que siempre rezaron y que en algún momento se distorsionó", en alusión a lo ocurrido el pasado junio.
"Tenemos Macarena para muchos años", ha asegurado este profesional a preguntas sobre el estado de conservación de la dolorosa. Manzano asevera que la imagen se encuentra "estable", con todas las patologías que el IAPH expuso en su informe solventadas, aunque, eso sí, requiere de "revisiones anuales". Controles rutinarios que evitarán en un futuro intervenciones tan largas en el tiempo como ésta última.
Unos cuatro meses que, aunque se han hecho "eternos" para los cofrades sevillanos, han sido breves para el restaurador. "Han pasado muy rápidos", afirma.
Manzano agradece la confianza depositada en su trabajo por la junta de gobierno que preside José Antonio Fernández Cabrero y a la comisión de expertos que ha seguido la restauración desde agosto. Un proceso que ha afrontado fases muy complicadas, como ha sido devolverle la mirada a la Macarena, muy alterada a raíz del último trabajo de los Arquillo. "El recrecimiento del párpado hizo que el ojo quedara más cerrado", recuerda el restaurador, quien califica de "zonas muy delicadas" todos los elementos que conciernen a los ojos de la Virgen de la Esperanza, la línea del párpado y las pestañas. Este último postizo siempre intenta mantenerlo en las tallas a restaurar. En caso de ser imposible, "han de sustituirse por otras de calidad, hechas a medida de la imagen, y que no vengan de fabricación en serie".
"No ha sido un proceso sencillo, sino de mucha observación, en el que se ha practicado una limpieza controlada para reconstruir el relato expresivo de la Virgen, con especial énfasis en la pátina que el tiempo le ha dado, de manera que no pareciera una talla nueva", detalla Manzano.
Respecto a la datación de la imagen, el restaurador y el equipo de trabajo constituido están a la espera de los resultados de la prueba del carbono 14, que proporcionará unas "mediciones". "Con ellas podrá saberse en qué época del siglo XVII fue tallada la Macarena", añade Manzano, quien se congratula de la emoción con la que Sevilla recibe este 8 de diciembre a la Virgen de la Esperanza: "la imagen tiene un aspecto de juventud que muchas personas guardan en su memoria".
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