Mañana llena de encuentros y emociones en el Polígono Sur con Bendición y Esperanza

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Saiz Meneses visita la hermandad del Polígono Sur / Juan Carlos Vázquez

La parroquia de Jesús Obrero, en el Polígono Sur esta mañana ha sido un hervidero. Los 110 nazarenos que acompañarán al paso de Bendición y Esperanza la tarde del Viernes Santo por esta zona de Sevilla camino del Tiro de Línea serán los primeros que se vean en la ciudad, casi una hora antes de que se abran las puertas de San Isidro Labrador, en Pino Montano. Es el gran estreno del Viernes de Dolores, túnicas blancas y verdes que desde las Tres Mil Viviendas repartirán Bendición y Esperanza.

Algunos de ellos, como Israel Espinosa, diputado de Caridad de la hermandad más joven de la nómina de penitencia, es la primera vez que se vestirá de nazareno. Ha sido aguador en otras hermandades, ha llevado la escalera, pero nunca se había vestido con el hábito de nazareno. "Para mí es un estreno total. Vamos con mucha ilusión, ganas y orgullo, pero sobre todo con muchas ganas de seguir evangelizando con nuestra hermandad estas calles", afirma. El diputado de Caridad es rotundo: "También hay mucha gente buena aquí, muchos que trabajan para ayudarnos los unos a los otros".

Una labor evangelizadora que cala. Eso se ve cuando preguntas a Lucas, un niño de apenas 9 años que, sin dudar, afirma que lo que más le gusta de la hermandad es: "El Señor". El arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses recordó esta misión evangelizadora de la hermandad del Polígono Sur durante la tradicional visita a los templos. Esta fue la primera parroquia que visitó cuando fue nombrado prelado de la archidiócesis, pero además Bendición y Esperanza es la primera agrupación que ha pasado a ser hermandad bajo su mandato.

Una de las características de esta hermandad es el compromiso de los poco más de 600 hermanos. "Cuando sale el paso y ves que tu has ayudado a tenerlo así de bonito, a que las 450 personas que forman el cortejo estén coordinadas y tengan todo listo, hace que el sentimiento de pertenencia sea mayor aún", explicó Israel Espinosa.

"Siempre tendrán un lugar en mi corazón tanto el Polígono Sur como Los Pajaritos. Es algo que tengo siempre en mente y que continuamente estoy pensando en buscar soluciones para la situación de estos barrios" Saiz Meneses recordó que las hermandades tienen tres pilares: los cultos, la formación y la caridad y la gran importancia que tiene en la ciudad esa obra social, a veces desconocida "porque Jesús dijo que no se entere tu mano derecha de lo que hace la izquierda, pero también que no se enciende la lámpara para ocultarla debajo del celemín", recordó.

Los colegios acudieron a ver el paso de Bendición y Esperanza / Juan Carlos Vázquez

Mientras, la nave del lateral de la parroquia donde está montado el paso no para de recibir ramos de flores de diferentes hermandades como el Polígono de San Pablo, La Carretería (que es madrina de la corporación de Jesús Obrero), el Ayuntamiento o la del Cautivo de San Pablo y Santa Genoveva. Pero también de muchos vecinos que buscan "la Luz que nos trae su mirada", en referencia a Nuestro Padre Jesús de la Bendición. Sobre todo hay muchos niños. Los colegios del barrio saben que hoy es el día grande en las Tres Mil y que sale su hermandad. "Nos gusta ver el paso", comentan dos chicos, "y este año además tenemos nazarenos", explican.

Pero lo mejor para todos ellos ha sido cuando se han metido debajo del paso y el hermano mayor, Ángel Hartman, les ha llamado como a una cuadrilla: "Colegio Nuestra Señora de la Paz, estáis puestos... Esta levantá va por todos los niños del barrio". Tres golpes de llamador y a esta es. Dentro, las voces de los niños reían y decían ole. A su salida, los niños se extrañaban de que el paso pesara tanto (alguno intentó levantarlo) y que hubiera tanto sitio debajo de la canastilla. Incluso alguno salió convencido de que, sin duda, será costalero cuando sea mayor.

No han faltado ni la visita del grupo de castañuelas del Centro de Participación Activa Municipal Sur. Bajo la dirección de su monitora, Aroa Mejías, que se ha vestido de mantilla para la ocasión, han interpretado con los palillos las marchas Costalero, Saeta y Nazareno y Gitano. Más tarde, Paqui, una de sus integrantes ha cantado una saeta emocionada y sentida, como solo puede ser cuando el cante se hace oración o se reza desde el alma.

Una mañana donde las Tres Mil ha sido más barrio que nunca, más hermandad que siempre. Un preludio que hace esperar una estación de penitencia que les llevará a los pies del Cautivo de Santa Genoveva y la Virgen de las Mercedes.

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