La Catedral y el Alcázar suman cinco meses de escalada turística

Los dos principales monumentos de la ciudad continúan en escalada turística tras un 2013 de sucesivos registros negativos. La Catedral y el Real Alcázar suman cinco meses consecutivos creciendo en número de visitantes, lo que confirma la tendencia al alza que se inició el pasado enero, un mes que no está precisamente entre los de mayor afluencia de visitantes en comparación con los de marzo y abril, que cuentan con el gran atractivo de de las fiestas primaverales. El primer monumento de la ciudad, la Catedral, ha sumado en mayo 176.091 visitantes, lo que supone un aumento del 7,93% respecto al mismo mes del año anterior. Y el Real Alcázar ha acogido 159.009 tutistas, un 2,74% más que en el mismo período de 2013. Expertos del sector consideran que el flujo de turistas en estos dos monumentos son un baremo válido para calibrar la recuperación del turismo en la ciudad, pese a que no se trata de los únicos medidores en una ciudad con marcado peso del sector terciario en su economía.

Estos datos positivos coinciden con los que ofrece el aeropuerto de Sevilla después de una racha marcademente negativa de dos años en caída del número de pasajeros. Por segundo mes consecutivo, el aeródromo de San Pablo ha crecido en movimiento de turistas: en abril subió un 6,6% y en mayo un 10%. Desde octubre de 2011 no se registraba un incremento de estas características en su cifra de usuarios. Aun así, el aeropuerto no ha salido todavía del bache, pues estos últimos incrementos no suponen que los registros que marcan la evolución del año sean aún positivos. En 2014 se han recibido 1.510.442 viajeros en los 17.070 vuelos registrados, lo que supone un descenso del 0,9% aunque, eso sí, muy inferior al 15,6% de bajada de usuarios que acumulaba a estas alturas el pasado año.

San Pablo contabilizó el pasado mayo 384.559 usuarios, 33.128 más que en el mismo mes de 2013. La cifra está aún lejos de los 406.375 registrados en el mes de mayo de 2012 y aún más de los 461.462 del año 2011.

Pero en el sector se valora positivamente la mejoría del aeropuerto, pues se pone en conexión con la de los dos grandes monumentos. Hasta entrado 2013 se daba la curiosa circunstancia de que Sevilla ganaba turistas, pero no así la Catedral y el Real Alcázar, que llegaron a sufrir verdaderas pérdidas de turistas que influían en la elaboración de las previsiones económicas. El sector explicaba entonces esta paradoja asegurando que la ciudad estaba captando visitantes por segunda y tercera vez, por lo que se trataba de personas que ya habían conocido la Catedral y el Alcázar en su primera estancia y preferían ahora disfrutar de otros atractivos menos tradicionales y, además, que fueran de un acceso más económico, pues no se olvide que la visita a los dos principales monumentos de la ciudad es de pago para la mayoría de los visitantes. En esta ocasión, con los datos de enero a mayo ya oficiales, se da por hecho que la ciudad tiene capacidad para captar nuevos visitantes, que no se privan de conocer los principalers referentes de Sevilla en patrimonio histórico-artístico.

La Catedral se autofinancia gracias al turismo, por lo que el seguimiento de los balances de visitantes mes a mes es una tarea clave para el Cabildo para ir realizando las previsiones de obras de mantenimiento y restauraciones. Los visitantes, al pagar la entrada, contribuyen a costear el programa de mantenimiento del templo metropolitano e, incluso, el Cabildo ingresa lo suficiente como para promover obras sociales y transferir una cantidad anual a la Diócesis. No se olvide que mantener a punto la Catedral cuesta, como ya publicó este periódico, una media de 700.000 euros mensuales.

El Alcázar no sólo se autofinancia igualmente, sino que sus ingresos también hacen posible las obras de conservación de las Casas Consistoriales, el edificio noble del Ayuntamiento en la Plaza Nueva. El Patronato del Alcázar asumió esta nueva competencia tras una polémica reforma de sus estatutos promovida en el tercer mandato como alcalde del socialista Sánchez Monteseirín, un cambio que motivó varias dimisiones en el patronato.