Itálica famosa: ni campos de soledad ni mustio collado
Calle Rioja
Quince años después se vuelve a publicar la antología de textos sobre Itálica con edición y recopilación de Jacobo Cortines, que presentó Pilar León-Castro.
NI campos de soledad ni mustio collado, pero sí Itálica famosa. Honrando el título del libro, Itálica Famosa, edición, estudio y selección de textos de Jacobo Cortines, su presentadora, la catedrática de Arqueología Pilar León-Castro, pidió ayer "un nuevo canto" a las ruinas que entronque con los bellísimos versos de Rodrigo Caro.
Quince años después de su primera edición, la Diputación Provincial ha presentado en distinto formato una obra que ya es clásica. Compendio de clásicos. ""Un libro que era insistentemente demandado desde 1995 en todas las Ferias del Libro", dice Isabel Otero, directora de la sección de Cultura de la Diputación, que ayer abrió las puertas de la Casa de la Provincia para esta lección de clasicismo y mañana hará lo propio con el paradigma de la vanguardia en una nueva concelebración del bloom's day.
A la presentación asistieron la pintora Carmen Laffón, la americanista y presidenta de la Academia de Buenas Letras Enriqueta Vila y los catedráticos miembros de la esta institución Rogelio Reyes y Vicente Lleó Cañal. Institución a la que pertenece el propio Jacobo Cortines. Pilar León-Castro desmenuzó el continente y el contenido del libro y a la hora de ponderar las virtudes de su editor, recopilador y coautor de los textos advirtió que no podía ser objetiva: "Mi amistad con Jacobo Cortines está fraguada en la soltería de nuestros padres y en sus vínculos lebrijanos". Lebrija, casa de la provincia, consulado junto al Alcázar para evocar a Pepe Cortines, padre de Jacobo, de quien éste, según la presentadora de la obra, heredó lo más sutil de su sensibilidad artística.
El libro se presentaba el mismo día que la Diputación anunció la recuperación y reubicación del festival de Itálica en el Teatro Romano. No era la única coincidencia. Manuel Ortiz, autor del cartel de dicho Festival, un clásico de la programación cultural a nivel nacional e incluso internacional, también ha diseñado el libro. Respecto a la edición primera, la arqueóloga, atenta por deformación profesional a las formas y los materiales, aprecia el cambio del primero, "que tenía la intimidad de un libro de Horas, de devocionario, esos libros que encandilaban al gran Rilke", a este nuevo que adquiere "la apariencia de un tratado humanístico" en la línea de obra de Leandro Fernández de Moratín, uno de los cantores de Itálica.
Si el Festival tiene como eje el teatro, este libro tiene para León-Castro la simbología de un anfiteatro. "La presentación de libros se ha convetido en una actividad mecánica emanada del poderoso marketing. Este libro nos hace volver al viejo rito de cuando los libros se leían en común, en compañía...". La lectura en soledad, dice la presentadora, es un hecho relativamente reciente.
Cortines cincela una imagen literaria de Itálica. Una grandeza depositada en tres elementos: los emperadores que allí nacieron (Adriano y Trajano), la grandiosidad de sus ruinas "sometidas a la incuria a lo largo de los siglos" y el espectáculo de Itálica como mensaje moral.
Detrás de la mesa que compartían autor, presentadora y anfitriona corporativa, la lista de los municipios de la provincia. Ayer era el turno de Santiponce, que forma un binomio dialéctico con la ciudad romana. Carmen Laffón escuchaba la doble condición del libro como obra pictórica y escultórica. Con un referente en la inspiración. "El punto de partida es Petrarca, al que ni Dante ha logrado oscurecer ni posponer".
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