CICLISMO
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El abandono y los robos acaban con el microclima del Tamarguillo

El proyecto, en el que el Ayuntamiento invirtió hace un año más de 350.000 euros, se puso como ejemplo de los logros de los presupuestos participativos · La zona vuelve a convertirse en un basurero.

El sistema de nebulización del agua ha desparecido por completo.
Cristina Corregidor, Sevilla

08 de julio 2011 - 05:03

El microclima y adecentamiento del bulevar de la ronda del Tamarguillo (en el tramo entre la Avenida Marqués de Pickman y Ruperto Chapí) se vendió por el anterior Gobierno local como uno de los logros de los presupuestos participativos. Un año después de su inauguración y debido al abandono, el vandalismo y los robos, vuelve a ser un lugar degradado que pone de manifiesto la dejadez municipal. En total, más de 350.000 euros de dinero público que se han tirado, literalmente, a la basura.

Lo más grave de todo es la desaparición del mecanismo de nebulización de agua para la creación de un microclima, al estilo del que se creó en la Expo 92, un proyecto que partió de la idea un vecino de la zona, Manuel Peña, que fue aprobado en la asamblea de presupuestos participativos y que pretendía hacer más confortable esta zona de supuesto parque, que carecía de lugares a la sombra por falta de árboles frondosos. Por ello, además del sistema de microclima, también se apostó por la reposición de los árboles para conseguir así refrescar el ambiente en los meses de verano y posibilitar el mayor disfrute de los vecinos. Se plantaron 147 tipuanas y 16 jacarandas , mientras que en el perímetro exterior se repusieron algunos naranjos y se colocaron 20 paraísos. Ésta es, quizás, la herencia más positiva.

Sin embargo, después de casi 365 días poco queda de la ejecución de esta obra, que volvió a traer esperanzas de mejoras urbanas a los habitantes de los barrios que limitan con esta zona demasiado olvidada. El espacio del bulevar en cuestión se encuentra actualmente en una situación que dista mucho de la idea original de reforma. Sólo hay que pasear un poco para observar que la limpieza del lugar brilla por su ausencia. Los restos de botellas y cristales por el suelo sustituyen a los bancos y papeleras, de las que tampoco queda rastro, y los excrementos de perros dificultan el paso, llegando casi al extremo de ir con la cabeza agachada para evitar pisar algo no deseado. Una vecina de la zona se muestra indignada con el estado del parque, lo atribuye a la falta de mantenimiento que toda zona que pretender ser verde debe tener: "Da vergüenza ver cómo está esto, es imposible pasear por aquí. No hay ningún tipo de mantenimiento, pero también es necesario que la gente sea más respetuosa con estas zonas, no se puede permitir que haya esta cantidad de botellas tiradas por el suelo".

Pero las bolsas de plástico y los cristales no es lo único que se puede admirar allí. Un panorama de malas hierbas esparcidas alrededor de los árboles plantados hace un año, árboles que no han conseguido la espesura suficiente para regalar una buena sombra, dan testimonio de la dejadez en la que se encuentra el parque.

Se mire por donde se mire no existe prueba alguna de la existencia de aquel sistema de microclima, que haría las delicias de los vecinos. La instalación de tuberías y pulverizadores de agua fue desapareciendo poco a poco hasta no dejar rastro. Lo curioso es que para algunos vecinos este sistema nunca existió porque ni siquiera oyeron hablar de él durante todo este año. El dueño de un bar que se encuentra muy cerca del parque apunta a que el motivo de esta ausencia es el robo del material con el que se fabricaron las tuberías, para venderlo como chatarra.

En realidad, este hecho no es sorprendente, ya que para evitar la presencia de vándalos que destrocen cualquier zona pública, es indispensable la vigilancia de un personal de seguridad. Un requisito que a priori no parecía descabellado solicitar, teniendo en cuenta que se dotó a este proyecto con más de 350.000 euros, pero que a las autoridades competentes se les pasó por alto.

No obstante, las asociaciones de vecinos de los barrios de la zona, continúan con su trabajo para evitar que la Ronda del Tamarguillo se convierta en sinónimo de fracaso, como espacio urbano de esparcimiento público. Salvador Muñiz, presidente de la Asociación de Vecinos Tres Barrios-Amate, ya se ha reunido con el nuevo delegado del distrito Cerro-Amate, José Miguel Luque, para hacerle entrega de un dossier en el que se especifican todos los problemas y necesidades.

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