El autor del crimen de la Alameda no era pareja de la víctima
Los testigos vieron al acusado con el fallecido pero no en una "actitud cariñosa" como sostiene el fiscal.
Los testigos que comparecieron este martes en el juicio contra José Antonio H. G., que está acusado del asesinato del comerciante de la Alameda Manuel Flores, confirmaron ante el jurado que el procesado y la víctima no tenían una relación de pareja sino de amigos, unos testimonios que contradicen la tesis que sostiene el fiscal, que asegura que en los días previos al crimen -que ocurrió el 9 de julio de 2011- fueron vistos "en actitud cariñosa".
Uno de los testigos que compareció este martes fue un trabajador de un bar de la Alameda donde Manuel Flores y el acusado estuvieron almorzando los días anteriores al asesinato. Este testigo explicó que ambos mostraban una actitud de "amigos", pero no se veía que mantuvieran una relación sentimental.
Este testimonio fue corroborado por otros testigos, salvo una vecina del difunto, que señaló que éste le presentó al procesado "como su novio" y diciendo que se iba a "casar con él" mientras le echaba el brazo por encima, aunque el abogado de la defensa, José Javier Toucedo, alega que se trataba de una especie de broma o una frase dicha sin mayor trascendencia.
Otro de los testigos que compareció este martes en la vista oral no dudó en afirmar que el comerciante de la Alameda, que regentaba la hamburguesería La Trastienda, llevaba una forma de vivir "loca" porque, según dijo, era una persona promiscua, que no tenía dificultades para mantener relaciones sexuales con otras personas.
Durante la sesión de este martes, el abogado de la defensa interrogó a varios testigos sobre la terminología que se utiliza en los ambientes homosexuales y así les preguntó sobre qué son los "osos" o los "lobos" o el denominado "cruising", que consiste en mantener sexo con desconocidos en lugares públicos.
Otro de los testigos que regentaba un bar próximo al de la víctima aseguró que el acusado se presentó en su local la tarde siguiente, en un estado "nervioso" y preguntando sobre lo que le había pasado a Manuel Flores, explicando que era "de su pueblo y había quedado con él". Esta persona le comentó que algo había pasado con Manuel Flores porque incluso había estado la Policía, momento en que José Antonio H. G. cogió el teléfono móvil con dificultad, puesto que tenía los dedos vendados -debido a los cortes sufridos durante el crimen-, y exclamó en inglés "Oh, my God" ("Oh, Dios mío"), marchándose a continuación del establecimiento.
El juicio contra José Antonio H. G., que se enfrenta a una petición del fiscal de 23 años de cárcel, continuará este miércoles con la declaración de los forenses que examinaron el cuerpo de la víctima, que presentaba 59 puñaladas, así como los peritos que han examinado su estado psicológico, asegurando que no padece ninguna patología que le afectara a la hora de cometer el crimen. En esta sesión también está previsto que declaren los agentes del grupo de Homicidios de la Policía Nacional que participaron en la investigación del asesinato.
En la primera sesión de la vista oral, el acusado admitió que mató a Manuel Flores, pero alegó que lo hizo después de que la víctima le atacara con un cuchillo porque él se negó a mantener relaciones sexuales. Según el acusado, le arrebató el cuchillo y "perdió la cabeza", aunque sólo recuerda que le asestara una única puñalada.
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