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Sevilla

El deterioro de la barriada de los Reyes Magos de Sevilla

La calle Rey Baltasar, donde se produjo la última operación antidroga en el barrio.

La calle Rey Baltasar, donde se produjo la última operación antidroga en el barrio. / Juan Carlos Vázquez

Los Reyes Magos es una pequeña barriada de la zona Norte de Sevilla, llamada así porque está formada por tres calles que llevan por nombre Rey Baltasar, Rey Melchor y Rey Gaspar. Es un barrio de nueva construcción y se levantó a finales del siglo pasado, junto al barrio de los Carteros, una zona que lleva en pie más de cien años. Las calles de los Reyes Magos eran antiguamente una zona de huertas y sobre aquel terreno existía un asentamiento chabolista. El barrio es de viviendas sociales y parte de ellas se entregaron a la población del asentamiento.

En Rey Baltasar se produjo una de las últimas operaciones de la PolicíaNacional contra el tráfico de marihuana. Una familia tenía en un trastero junto a su vivienda una pequeña plantación de cannabis. Cuando fue detenido el matrimonio dueño del domicilio, la mujer le dijo al policía que la arrestó la siguiente frase: "la cosa está muy mala y tenemos que ganarnos la vida". Antes de este hallazgo, hace seis años, en el año 2014, la Policía Nacional detuvo a 15 miembros de un clan familiar que distribuían cocaína, hachís y marihuana, dispuesta para su venta al menudeo a través de cinco domicilios de esta misma calle.

En un paseo por la vía pueden verse los pilotos rojos encendidos de los contadores de luz, que delatan que hay enganches ilegales a la red eléctrica. Es un claro indicio de que se está robando la luz. Puede pensarse que hay más plantaciones que requieren de un elevado gasto energético en el interior de las viviendas, aunque también puede ser que simplemente se robe para no pagar nada. En un paseo por la calle se aprecian varias construcciones ilegales a la espalda de cada casa. Se han techado patios traseros y se han alargado las estancias de las viviendas ocupando parte del espacio público. Se ven también varias piscinas de plástico donde juegan los niños.

Un inspector de Emvisesa ha visitado esta misma semana el barrio y ha pedido a una vecina que quite la piscina que tiene montado en el patio, con el beneplácito del resto de residentes. Sin embargo, la mujer pidió explicaciones al inspector y le preguntó que por qué su piscina tenía que ser retirada y no así las que colocan los inquilinos de las casas de enfrente, la mayoría de familias de etnia gitana procedentes del desaparecido asentamiento. La respuesta fue que éstas están en la calle y ahí Emvisesa no tiene competencias. ¿Tendrá entonces que montarla la mujer en la calle también?

Si uno observa durante un rato una de las casas de la calle Rey Baltasar verá un trasiego continuo de personas, que entran y salen con rapidez de la vivienda. Fuentes vecinales aseguran que es un punto de venta de droga que lleva bastante tiempo funcionando. Algunos de los residentes incluso han puesto en conocimiento de la Policía la existencia de este punto de venta en varias ocasiones durante los últimos años. Sólo una vez se produjo una redada. También han informado de los enganches ilegales a la compañía suministradora de luz, sin que por el momento se haya traducido en nada. Todo ello se traduce en una sensación de impunidad que empuja a los incívicos a comportarse de la manera que les da la gana.

En la zona empieza a haber algunos problemas de convivencia, aunque no es habitual que haya peleas o reyertas en la zona. Fiestas con la música alta, un incendio que tuvo que ser sofocado por los Bomberos y la Policía Local, ocupación de viviendas... Estos problemas se unen a las construcciones ilegales que han ido ganando terreno a la calle con impunidad. Los vecinos también lamentan que el parque más cercano tenga una única entrada por la avenia de Pino Montano y apenas haya luz, lo que lo ha convertido en un lugar al que prácticamente sólo van los jóvenes a realizar botellonas. Otra de las quejas vecinales es sobre la limpieza del barrio, que no siempre es la correcta. En los contenedores más cercanos puede apreciarse una buena cantidad de basura fuera de los recipientes. Esta casi nunca se recoge.

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