La madre de un niño diagnosticado de leucemia a los 4 años: "La terapia CART nos ha devuelto la confianza y me ha devuelto a mi hijo"

A Aylan le detectaron leucemia en una analítica rutinaria por un problema de oído y ha sufrido varias recaídas y complicaciones

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Aylan y su madre Raquel Aijón. / M. G.

Aylan, un niño de 8 años de Melilla, ha recibido un regalo de esperanza en su lucha contra la leucemia gracias a la terapia CART. Diagnosticado a los 4 años, el pequeño ha pasado por momentos muy duros, enfrentando recaídas y complicaciones. Sin embargo, desde que recibió este innovador tratamiento hace un año, su vida ha dado un giro positivo.

La odisea de Aylan comenzó cuando, a los 4 años, acudió a hacerse una prueba rutinaria de oído que requería una analítica que reveló la terrible noticia: el niño tenía leucemia. Desde entonces, su vida se convirtió en un ir y venir de hospitales, quimioterapias y trasplante de médula. A pesar de los esfuerzos, Ailan sufrió varias recaídas y complicaciones, pasó por la UCI e incluso a entró en coma.

Fue entonces cuando los médicos propusieron la terapia CART como última esperanza. Raquel Aijon, la madre de Ailan, recuerda con emoción ese momento: “Fue muy duro. Vienes de muchos palos y te da miedo porque es como empezar algo nuevo”. A pesar de los temores, la familia decidió apostar por esta innovadora terapia. “Nunca había ecuchado hablar de ella”, concreta Raquel.

Desde que Aylan recibió la terapia CART en marzo del año pasado, su vida ha cambiado por completo. Tras pasar un mes en el hospital para controlar posibles efectos secundarios, el pequeño fue dado de alta y comenzó a recuperar la normalidad. Ahora, un año después, se encuentra en remisión completa y disfruta de poder jugar y correr como cualquier niño de su edad. “Se le ve feliz”, afirma.

Raquel no puede ocultar su emoción al hablar de la evolución de su hijo: “Desde que le ponen el CART estuvimos casi un mes, después nos dejaron salir y a raíz de ahí, pues genial, el niño, como siempre, corriendo, saltando. Está muy feliz”.

A pesar de los avances, Aylan todavía tiene que acudir una vez al mes a Málaga para recibir parte del tratamiento complementario y cada tres meses a Sevilla para revisiones. Además, debido a su condición de autismo y a las secuelas de la quimioterapia, lleva tres años sin poder asistir al colegio. Sin embargo, los médicos son optimistas y esperan que pueda retomar su educación a partir de septiembre.

La terapia CART ha supuesto un antes y un después para este valiente niño y su familia, devolviéndoles la esperanza y la ilusión por un futuro mejor. “Nos ha abierto las puertas y nos ha devuelto la confianza y me ha devuelto a mi hijo, que es lo más importante”, sentencia Raquel.

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